En medio del parón de su tour europeo, los barceloneses Holy Bouncer han sacado tiempo para publicar dos de los tres singles que se han comprometido a lanzar en 2018 antes de volver al estudio. El segundo de estos, titulado “Coyote”, presenta este videoclip, a cargo de Enrique Villaluenga y Alba Fredenand, sobre los vaivenes emocionales de una pareja –el propio bajista de la banda, Bernat Cuyàs, y su novia, Julia Moratoo– cuando la embriaguez extática, la ruptura amarga y el malestar del recuerdo de lo que una vez fue colisionan en un espacio cercado.
Un trabajo a pequeña escala –“grabado entre amigos”, como señalan en la nota de prensa–, con esa evocación pretérita fidedigna que solo consigue la textura del Super 8 –muy acorde con el discurso sonoro de la banda–, que recuerda, tanto por la temática abordada como por la textura y los estados de ánimo capturados, a la pieza de Manson para el “801 Nite - Vinçon” de Pedro Vian. Aunque si la última se edificaba como un díptico de los polos extremos de una relación de amor intensa que desembocaban en algo enfermizo e incluso en psicopatía, aquí la apuesta es más moderada y contenida, aunque certera a la hora de transmitir el burbujeo de ese rememorado estado inherente a los capítulos amorosos.
En ese deliberado toque vintage en la factura visual, se filtran, por instantes, especialmente bajo esa textura granulosa y los colores sepia, documentales y vídeos domésticos de finales de los sesenta y principios de los setenta, como ecos del “More” (1969) de Barbet Schroeder. Referencia que probablemente no pasaría por la cabeza de Villaluenga y Fredenand, pero que conecta con la estética, los parajes y las actitudes propias del cine hippie que parecen guiar el discurso visual de este clip. 