Arrington de Dionyso es de los que más que cambiar el discurso, lo concentra. Por eso no es de extrañar que la vena selvática que de vez en cuando despuntaba en Old Time Relijun haya acabado por convertirse en el leitmotiv de sus últimos proyectos. La fórmula de Malaikat Dan Singa es bien sencilla: el grupo despacha ritmos marciales y abruptos a destajo –herencia directa del “Junkyard” (1982) de Birthday Party– mientras De Dionyso sacude la ceremonia cantando en indonesio como un Eric Burdon poseído o el Screamin’ Jay Hawkins de “Hong Kong”. Como también ocurría en Old Time Relijiun, mires donde mires, las disonancias beefheartianas están a la orden del día. Y sí, también hay algo de canto difónico asiático, la técnica vocal asiática que De Dionyso ha estado trabajando últimamente.
“Suara Naga” (“la voz del dragón”) es un disco infinitamente más intenso que su predecesor, al que lamentablemente se le escapaba la bilis por la boca. Para este segundo álbum, se han cuidado al milímetro los detalles de producción, con lo que el resultado es muchísimo más orgánico y disfrutable. También se agradece que De Dionyso no se pierda en eternos solos de clarinete bajo, un instrumento con el que sabe sonar pero no siempre improvisar. De todas maneras, más allá de lo exótico y lo grotesco, si algo atrapa de verdad en “Suara Naga” son esas dinámicas de soul-funk sobre las que se deslizan la mayoría de las canciones. Lo dicho: si te gusta bailar, hazte con esta bomba.