Dr. John no muestra signos de decadencia (todo lo contrario) en este generoso “Tribal”. Sobrevivió al Katrina, ganó un Grammy por el consecuente “City That Care Forgot” (2008) y hoy se muestra más activo y peleón que nunca debido a la situación de Nueva Orleans, que le obliga a posicionarse y plantar cara.
“Tribal” no es la típica maniobra de “rehabilitemos al viejo”. Nada suena fruto de un esfuerzo adicional o artificial. Solo es un Dr. John especialmente inspirado, especialmente bien arropado por los Lower 911 y especialmente indignado. Pero su indignación solo se lee entre líneas, ya que la música desprende una vitalidad inusitada. Los cantos ecologistas y la denuncia social llegan envueltos en una música pringada de resina y ungüentos naturales.
Cierto: no debería extrañarnos ya oír jazz, percusión africana, blues, funk, órganos zumbones, violines suntuosos, coros femeninos y congas en celo en una misma pieza, pero la lozanía con que se maneja el doctor no debe ser dada por sentada. Es un milagro y una lección, pues la mayoría de estas dieciséis canciones son más que eso: son pruebas de que todas las músicas están interconectadas.
Acaba el disco y el tipo está aún más joven. Canta el último corte con ese júbilo interior con que su amigo Stevie Wonder grabó sus discos más luminosos y perdurables; adjetivos también válidos para “Tribal”. “Buscaré un pequeño rincón en el sol”, canta. Y se aleja dando saltitos de gallo culón.