“Anti todo” (1986) es, principalmente, un disco sobre la muerte. La dama de la guadaña planea por todo el álbum desde el primer arrebato desesperado de “Historia triste”, poniendo ya el dedo en la llaga de nuestra tragedia existencial, hasta la diáfana despedida con “Ha llegado el momento” (“Es el fin, al fin, nuestra muerte / Es el fin, al fin, el fin”). Previo paso, claro, por el nihilismo atroz de “Cerebros destruidos”: los chillidos desesperados de Iosu Expósito gritando “Ya estás muerto, ya estás muerto, ya estáis muertos, muertos, muertos” son el culmen del álbum y también del punk estatal en toda su historia, un equivalente al “No future” de Sex Pistols pero sin ironía, situacionismo ni objetivos de ningún tipo.
“Anti todo” parece proclamar que la única salida es la autodestrucción, porque ya ni la rabia sirve de nada. O porque, hagamos lo que hagamos, ya estamos muertos. Por su fondo histórico se divisan la reconversión industrial, la entrada masiva de drogas, la violencia terrorista y la guerra fría global, pero, en realidad, su vigencia sigue siendo absoluta. En las frases escupidas por Iosu como un animal de cloaca hay una visión del mundo que no por tremendista deja de ser lúcida: “No hay amigos, ni enemigos / lucha necia, todos contra todos / Los que trabajan se olvidan de los parados / y los que están libres de los encarcelados”. Como él bien decía, Eskorbuto no eran antisociales: era la sociedad la que era antisocial, y por eso disparaban en todas direcciones, incluso a la izquierda abertzale, intocable para el rock radical vasco, a quien ridiculizan en “Haciendo bobadas”.
“Anti todo” (que aparecía seleccionado entre los cien mejores discos españoles del siglo XX según el especial del veinte aniversario de Rockdelux) fue grabado como debía ser, en veintiséis horas, rápido y sucio, con la máxima urgencia y el menor aliño posible, y es el gran testamento de un grupo que vivió todo lo rápido y mal que se esperaba. En 1992, Iosu y el guitarrista Jualma Suárez fallecieron debido a las secuelas de la adicción a la heroína. En la contraportada, margen inferior derecho, se mantiene una de sus frases lapidarias favoritas: “Aún no hemos parado de reírnos”. La reedición de BCore lo muestra remasterizado por Xavi Navarro, sin material extra.