Tras un álbum oscuro y distópico, tirando a poco bailable, como “Brute” (2016), Fatima Al Qadiri sorprende con “Shaneera”, EP de cinco bangers cantados en árabe por un puñado de amigos suyos. Que ella misma sea la exuberante modelo de portada –con ese maquillaje extremo estilo drag que, al parecer, se puso de moda en Kuwait a mediados de la primera década de este siglo– confirma todo lo sugerido por la música: Fatima tenía ganas de diversión.
Lo hedonista no quita lo comprometido, y “Shaneera” se muestra como un desafío a las leyes enquistadas de género a cargo de una artista nacida en un país donde la sodomía se paga con cárcel. Según explica la nota de prensa, el título del EP y de su primer tema es una mala pronunciación en inglés de “shanee’a”, palabra que en árabe significa “indignante, vil, horrible, grave y repugnante”, pero que ha acabado tomando connotaciones positivas en el entorno queer, donde hace referencia a una reina mala de la mejor estirpe.
Las letras son a veces propias, a veces material regrabado de chats de Grindr y sketches de comedia drag online. Frases lanzadas con alegría sobre fondos musicales que combinan las melodías arabescas, el ritmo khaliji (tradicional del Golfo Pérsico) y bastante hard drum al estilo de Her Records. Bobo Secret, quien en realidad “trabaja en las finanzas”, es la voz principal y aparece en cuatro de los cinco temas; en la oscura pero vitalista “Is2aleeha”, acompañado por Chaltham, alias de Khalid Al Gharaballi, con el que Fatima ha trabajado en proyectos artísticos como dúo y como miembros del colectivo GCC.
El hit debe ser, quizá, “Alkahaf”, con Bobo Secret y el arquitecto-artista-modisto Lama3an, o la clase de tema que se bailará más habitualmente en la ballroom scene en 2049. Pero también destaca “Galby”, con la voz misteriosa (canta como hobby y ha pedido el anonimato) de Naygow, en la que Fatima elucubra sobre un equilibrio entre sus tendencias futuristas más oscuras y la posibilidad de escape arabesca descubierta en este disco.