El retorno de los hermanos Brewis, tras dos años al frente de sus nuevos proyectos (School Of Language, en el caso de David, y The Week That Was, en el de Peter), los devuelve plenamente lozanos. Y los casi setenta y dos minutos de este álbum doble, su tercero como Field Music, tampoco les han hecho bajar el listón.
Al contrario: su mezcla de melodía y post-punk luce sin desperdicio. También sin incoherencias, pese a propugnarlas David lúdicamente en una entrevista previa. Solo un par de cortes, “See You Later” (un juego a lo “The White Album” de The Beatles) e “It’s About Time” (coña final con pajaritos incluidos), podrían entrar en esa categoría. Eso no quiere decir que les falten inventiva y amenidad. Al revés. Salvan incluso la amenaza, latente en el primero de los discos, de abusar de esas guitarras angulosas, muy arty, parecidas a las de XTC o incluso a Spoon (“Let’s Write A Book”).
Hay de todo: cimbreo oscuro (“In The Mirror”), temazos pop (“Them That Do Nothing”, “The Rest Is Noise”), percusión mágica (en “Lights Up” Peter parece un batería de jazz), apuntes precisos de cuerdas, y tres gemas de dos minutos (“Choosing Numbers”, “First Come The Wish”, “Precious Plans”) ligeras y deliciosas como una cena en un buen japonés. Orfebrería sin engolamientos para un verdadero altar a la facilidad.