Atención: el mallorquín Joan Valent se convierte en el primer músico español, después de Joaquín Rodrigo, cuya obra es publicada en vida por Deutsche Grammophon. “Kaiassa”, su cuarto disco personal, con la complicidad del Ars Ensemble y dirección del valenciano Josep Vicent, está a la altura de tanto honor con un trabajo que transmite una mirada heterodoxa a la música académica; con rigor y raíces. Es una aventura atrevida por parte de un músico de grueso expediente cinematográfico (entre los scores más recientes, los de “El cónsul de Sodoma” y “¿Cuánto pesa su edificio, señor Foster?”) y con experiencia, como autor y arreglista, para voces como Luis Eduardo Aute, Pedro Guerra o Maria del Mar Bonet.
La fusión de lo que Valent llama “minimalismo orgánico”, más asentado en las poderosas dinámicas orquestales que en la repetición, y el vago ideal mediterráneo, entendido aquí más como temperamento ancestral que como ánimo liviano, conduce a esta “Kaiassa” grave y melancólica, que el autor vincula emocionalmente a la isla de Mallorca. Su Mare Nostrum no es una postal mestiza ni estival, sino un centro de gravedad con oleajes catedralicios. El tránsito desde la furiosa “Pangaea”, a través de las “Quatre estacions” y las embestidas del tenor Josep M. Sánchez, hasta el acto final de “Areia escrita” (con portentosa intervención vocal de Cris Juanico, ex Ja T’ho Diré, digna de un Thom Yorke meridional) describe un paisaje imaginario que intriga y sacude. ¿New age? No, gracias.