Hace solo unos meses que este grupo de Huesca de nombre tan poético entregaba un disco de versiones de favoritos tan pop y tan especiales como Daniel Johnston, Big Star o Jonathan Richman. Ahora llega su cuarto álbum oficial a siete años de su debut, con once canciones de arquitectura pop clásica de los sesenta, pero con unos arreglos tan minimalistas y enigmáticos como las letras y los títulos, que se limitan a una sola y evocadora palabra a excepción del que da nombre al disco y, al mismo tiempo, lo cierra. Abre “Tren” con un ritmo traqueteante, y siguen “Ladera”, “Balcón”, “Extraños”, “Armonio”, “Imprenta”, “Barro”, “Fuego”, “Rodilla” y “Vigilante”.
Registrado en Grabaciones de Campo, en Castro de Cepeda, León, con Rafael Martínez del Pozo (AA Tigre, La Jr), este aporta ocasionales trombón, charango y xilófono. Kiev Cuando Nieva son Antxon Corcuera, Javier Aquilué y Carlos Aquilué y, además de guitarras, bajo y batería, tocan banjo, laúd, Moog y mandolina y hacen armonías vocales. Forman parte de una tradición familiar que incluye a El Niño Gusano, Muy Poca Gente, La Costa Brava, Francisco Nixon y Tachenko y, como ellos, perpetúan el buen pop de siempre, al mismo tiempo que lo expanden hacia territorios inexplorados.