Pocos pueblos tiene el mundo con tan mala suerte como el saharaui, cuyo grueso, 200.000 personas, sobrevive en el exilio de Tinduf (Argelia). En la hamada, el infierno. De tan hostil destierro llega Mariem Hassan, veterana cantante que a finales de los años setenta integró el grupo pionero con nombre de mártir El Uali y, ya en 1998, fue la protagonista destacada del proyecto “Saharauis” junto al grupo Leyoad y al guitarrista y poeta Nayim Alal. Su estreno como protagonista es “Deseos”, que sintetiza en una palabra el único combustible emocional que ha evitado la derrota de la esperanza del pueblo que habitó la antigua colonia española del Sahara Occidental, donde Mariem Hassan nació hace 47 años.
Estructurado sobre el sonido eléctrico de guitarra y bajo, con el añadido rítmico del tebal (tambor mediano de piel de camello), compuesto en su mayoría por el guitarrista Baba Salama, el repertorio de “Deseos” condensa el anhelo independentista de los saharauis en piezas de sonido circular como “Magat milkitna dulaa”, “El chouhada” o “Mawal”. Mención especial merecen “Shauda”, con el típico ulular de las mujeres saharauis; “L’intifada”, pieza emblemática aquí recuperada en versión eléctrica, y, sobre todas, la emocionante “Sbar”, que en hasania, el idioma saharaui, significa paciencia. Que buena falta hace en el desierto.