Cuatro largos años han transcurrido desde que los barceloneses Me And The Bees debutaran con aquella pequeña joya de indie pop que era “Fuerza bien” (2010). Por el camino han perdido a su guitarrista Eli Molina –aunque aquí colabora en dos temas– y se han reducido a trío, con Esther Margarit, Carlos Leoz y Verónica Alonso como nuevo núcleo, aunque el concurso a los teclados y voces de Guillem Caballero (Els Surfing Sirles), omnipresente en todo el álbum, ha sido también fundamental, así como la producción de Cristian Pallejà y Ferran Resines.
Estamos ante un trabajo cuyas formas pop se desarrollan de modo mucho más libre e intrincado. Además de los teclados ácidos o psicodélicos, abundan las estructuras imprevisibles, armonías vocales imaginativas, algunos arreglos inesperados y, en general, la apuesta por un colorismo moderadamente alocado que, en lontananza, hace pensar en aquellas primeras Breeders que se atrevían a hacer suyo el “Happiness Is A Warm Gun” de The Beatles. Esther Margarit se confirma como una vocalista de especial carisma, aunque las letras, caracterizadas por cierto desenfado juvenil, nunca trascienden la levedad. Valor añadido para comprar el disco son las ilustraciones que ha hecho el gran Jad Fair.