Odian París y, según parece, también odian que los comparen con Los Planetas. Un odio por otro lado bastante justificado, ya que, más allá de que la voz quede sepultada bajo capas de distorsión y guitarras crispadas, lo de los catalanes no se parece tanto a lo de los granadinos como cabría esperar. Ni siquiera cuando estos últimos grabaron “Pop” sonaban tan arrebatadoramente pop como Odio París, quinteto barcelonés que juega como si nada a conjugar las erupciones ruidistas del shoegazing con impecables chapuzones en las cristalinas aguas del C86, los Teenage Fanclub de “Bandwagonesque” y, claro, los dulces remolinos de The Pains Of Being Pure At Heart. En este caso, la comparación con los neoyorquinos sí que está justificada.
Y es que, como ocurría en el primer trabajo de los de Brooklyn, “Odio Paris” suena fresco, instantáneo, directo y, por si fuera poco, llega repleto de grandes canciones. Melodías pop vestidas con una doble coraza que picotean de los Pastels y My Bloody Valentine y brillan especialmente en “San Antonio”, “Cuando nadie pone un disco”, “Uno de noviembre” y “Ahora sabes”. Si quieren buscarle pegas a este debut, apunten hacia una producción algo embarullada o hacia la desconcertante “Nana blanca”, pero ni siquiera eso les parecerá suficiente para dejar pasar la oportunidad de amar a Odio París.