Como “EP2”, este “EP3” –aceptable tercera parte de una trilogía que ha resultado ser un álbum partido en tres– no deja el amargo sabor de boca de “EP1”; tampoco la sensación de estar escuchando a unos Pixies a la altura de todo su potencial esquizo. Falta algo, algo de locura, o falta alguien, es decir, la bajista Kim Deal. (Los coros de “Bagboy”, single sorpresa aquí rescatado como corte de apertura, no son de ella, sino de Jeremy Dubs, colaborador ocasional del grupo).
Como sucedía, sobre todo, en “EP1”, la mayoría de temas no parecen tanto extensión del legado Pixies como nuevas aportaciones a la obra en solitario de Frank Black. De las tres restantes, la mejor quizá sea “Silver Snail”, con el ritmo arrastrado del molusco del título y buenas dosis de misterio e inquietud; las otras dos, “Ring The Bells” y “Jaime Bravo”, son dos estimables a la par que algo olvidables números de tendencia surf rock; la segunda, un tributo a aquel torero de vida sexual tumultuosa. Sexo y tumulto: dos cosas de las que andan justos Pixies, o como queramos llamarlos, en 2014.