El debut del mallorquín Llorenç Rosselló (ayudado por Joan Castells, de Petit) contiene momentos de folk-pop precioso y armonioso como “The Lost Year”, cantado de manera hermosa junto a Mia Salazar (The Big Head Troubled Boy) y una “Anhedonia” que suena a clásico. Pero en general se reconoce una deuda con el slowcore. De hecho, incluye una estupenda versión de “Loss Leader” de Codeine, a la que aporta un precioso punto cálido al leerla con las vibrantes armonías del folk-rock espectral de Low y Kid Dakota. Hay más de esa oscuridad terrenal que Kid Dakota aporta al celestial concepto de Low en “No Tomorrow”. También en “Dillanesca”, con su siniestra electricidad. Y en “Liorna”, bajo sus atractivos fraseos melódicos de guitarra. Incluso en “The Third Cheek”, aunque acabe iluminada con su interesante superposición de instrumentos.
La construcción de las canciones, aunque a veces puede resultar extraña (“You Make Me Smile” se para en un estribillo chocante, pero acaba inflamándose en un sugerente final), es fascinante, como en “Boredom Is A Hungry Dog”, que se saca de la manga una canción pop sobre algo que parece folclore oceánico y luego muta a mediterráneo. El talento de Llorenç Rosselló no termina en construir y arreglar preciosamente las canciones; también brilla en la interpretación: además de tocar casi todos los instrumentos, tiene una voz muy personal con más de un registro y hasta un inglés con acento bastante digno. Grata sorpresa este disco de Poomse.