Por regla general, los grupos regresan a la palestra después de largas ausencias para amortizar viejas glorias (pese a revivir también viejas rencillas) o aprovechar el tirón coyuntural de un estilo al que ellos famosamente contribuyeron. No es el caso de Seefeel: el grupo bandera del post-rock británico de los noventa, nombre clave en aquella gran generación de experimentalistas (junto a ellos, Disco Inferno, Bark Psychosis, Insides y Laika) sin nada que hacer contra la invasión, algunos dirán plaga, del britpop, vuelve con ánimo de proponer algo nuevo; de ser relevantes. “Seefeel” es a Seefeel un poco lo que “Third” a Portishead: Mark Clifford y Sarah Peacock, completados por el bajista Shigeru Ishihara (DJ Scotch Egg) y E-Da (ex batería de Boredoms), se alejan de todas las preconcepciones para volver más fieros que nunca; y en verdad, sin dejar de ser ellos mismos.
La hipnosis y la fascinación emotiva vuelven a ser los objetivos últimos. En su esencia, “Seefeel” es el resultado de cruzar el pop evanescente de “Quique” (1993) con el herrumbre de “Succour” (1995). Pero las herramientas son inesperadas: si antes las guitarras eran gloria celestial, ahora son instrumentos de dentista; los bajos, muy dub y a veces dubstep, son de una profundidad feroz –en momentos como el final de “Dead Guitars” uno sufre por la salud de sus altoparlantes–; y los ritmos son unívocos, férreos, más que en un disco de Codeine. Al principio cuesta escucharlo, después cuesta dejarlo. La breve “Step Up”, “Making” o “Airless” sabrán a gloria a quienes conocen que sin misterio y oscuridad difícilmente puede haber belleza.