Con esta horterada de nombrecito ya imaginan que hardcore extremo o death satánico no son; esto es twee requetetwee, pero de la rama más ruidosa-feedback. Cosa que celebramos. Y no es que lo hayamos descubierto descifrando jeroglíficos y runas. The Pains Of Being Pure At Heart llevan sus influencias en la solapa, en chapotes tamaño sopero, para que nadie se lleve a engaño: publican en Slumberland (Estados Unidos) y Fortuna Pop! (Reino Unido), son fans de Pastels, My Bloody Valentine y los primeros Teenage Fanclub, van a esa central del anorak infantil que es el club How Does It Feel To Feel...
Dicho esto, hay que admitir que este cuarteto anglófilo de Brooklyn tiene las canciones-hitazos, y con eso basta y sobra. A cualquiera que le gusten Shop Assistants y The Jesus & Mary Chain (“Come Saturday”), The Vaselines y Razorcuts (“Contender”), incluso Los Planetas (“This Love Is Fucking Right!” podría ser suya, época “Nuevas sensaciones”), va a enamorarse perdidamente de ellos. Es un sonido de otra era, es 1986 otra vez, pero el revival siempre está justificado si las canciones dan la talla. Y si el resto del mundo hace basura insufrible, especialmente.