El subtítulo lo aclara: “Demos, inéditos y rarezas 1999-2009”. En un doble CD, limitado a 110 copias numeradas: no hay tiempo que perder. Este repaso por la trayectoria de David Cordero, exquisitamente empaquetado, saca del ostracismo verdaderas maravillas de slowcore emocional que merecen ser rescatadas de los desvanes del olvido. En total son veintinueve cortes de procedencia dispersa dispuestos en dos CDs –en el primero, tres maquetas: “1mil” y “Los peores momentos”, ambas de 1999, y “Rencores a las 3”, de 2000– que más que servir para observar el desarrollo del proyecto guardan una rara coherencia de obra total. Guitarras comatosas, melódicas tristes, samples evocadores y teclados de bruma brotan a cámara lenta creando un clima de desasosiego y derrota caligrafiado con pulso firme y emoción sincera.
En el segundo CD se ordenan los inéditos y rarezas: una sesión en directo en Ámsterdam, descartes de trabajos publicados, aportaciones a recopilatorios varios, la remezcla (inédita) que firmaron para The Baltic Sea… Son los meandros perdidos entre “La banda sonora de mi funeral” (2001) y “Hasta que la soledad nos separe” (2010), guijarros de una playa privada en el panorama del underground español que opera sin arrimarse al fuego que más calienta en cada momento.
Úrsula es un mundo en sí mismo, un poema sónico en mutación capaz de vampirizar en sus estrofas a otros creadores ajenos a su órbita como Family, The Misfits, Leonard Cohen o Blacanova: versiones de todos ellos en esta pieza de colección que puede (debe) comprarse aquí.