No debería sorprender que en los seis años que han pasado desde su último álbum, “Expo 86” (2010), Wolf Parade no hayan perdido el mojo gracias a fructíferos proyectos paralelos: Dan Boeckner con su esposa en Handsome Furs y con Britt Daniel (Spoon) en Divine Fits, y Spencer Krug con Moonface, entregando discos de piano y voz o colaborando con los finlandeses Sinaii.
No se encuentra aquí ni el pulso sintético que practicó el primero ni la ligera experimentación del otro, sino que retoman las cosas donde las dejaron. El material es frenético e incide en sus constantes: himnos para grandes festivales, tintes dramáticos y algunos desvíos hacia un synthpop eufórico y hortera.
“EP 4” es una vuelta a los orígenes, en los que aunaban nervio post-punk con sensibilidad pop a una producción sencilla pero efectiva. De hecho, antes de su álbum de debut, “Apologies To The Queen Mary” (2005), lanzaron un tríptico de EPs, por lo que parece como si estuviesen desengrasando la maquinaria para volver a operar a pleno rendimiento.