Nacho Vegas en las sesiones “En persona”, tocando canciones en pequeño formato y respondiendo a las preguntas de sus fans en una experiencia compartida con su fiel escudero Abraham Boba y, como artista invitado, un Fernando Alfaro renacido. Fue algo entre el televisivo ‘Storytellers’ de la VH1 y el ciclo “La música contada”. El hecho ocurrió en la sala Luz de Gas de Barcelona el pasado 11 de mayo. Allí escuchamos un puñado de buenas canciones, con escogidas versiones de Leonard Cohen, Townes van Zandt, Lee Hazlewood y Manel (“Pla quinquennal”, cantada en asturiano), y aprendimos algunas cosas de interés; también que el whisky favorito de Vegas es el Macallan de dieciocho años. Veamos:
Que una profesora muy lanzada le pone música de Nacho Vegas a sus alumnos, quienes la encuentran depresiva, pero ella les dice que es positiva (por su bien, no especificó la edad de los niños).
Que quizá se avecine una colaboración con Andrés Calamaro, con quien Nacho se intercambia mails; los del argentino, muy locos, suelen rimar libremente.
Que los musicales no van con ninguno de los tres (ante la entusiasta pregunta “¿qué opinan de Stephen Sondheim?”: silencio y risas).
Que Nacho se volvió a declarar de izquierdas, y partidario, “todavía”, de la acción directa; aquí Nacho se lió un poco y, en un discurso inconcluso, prometió dedicarse a la política con más argumentos de los allí expuestos cuando sea tan viejo como Fernando Alfaro y se retire de la música.
Que hay fans que son capaces de llamar desde Escocia para saludar a sus ídolos: conversación en directo vía teléfono desde el escenario que, tristemente, no pudimos intuir más que en las escasas respuestas de Nacho, quien le soltó que qué coño se le había perdido en Edimburgo y, tras escuchar pacientemente una larga parrafada, que si sabía la pasta que le iba a costar aquello.
Que hay gente que asegura que Abraham Boba “canta de puta de madre” y que merecería hacer un disco a dúo con Nacho, quien mostró su admiración por él, “más de la que Abraham cree”, recalcó misteriosamente.
Que hay fans de Fernando Alfaro que reclaman más protagonismo en los carteles para el Chucho; y aquí, rendición de Nacho al de Albacete.
Que Vegas, acostumbrado a la bravura del Cantábrico, estuvo a punto de ahogarse en la playa de Gandía (“qué cutre habría sido”) al menospreciar la fuerza oculta del Mediterráneo, pero una chica le salvó la vida, y eso le inspiró “Días extraños”, que también bebe de “Hanky Panky Nohow” de John Cale. Porque Nacho, dijo, compone a partir de otras canciones que le gustan y de cosas que lee en los periódicos o le explican. Por ejemplo, “Canción de Isabel” tiene su origen en “Marie” de Townes van Zandt, confesó.
En fin, que hay que seguir profundizando en nuevos modelos de conciertos que los hagan más apetecibles. El asunto tuvo gracia. 