El apartado de pioneros, surgidos aún en la era del ragtime, incluye a Jelly Roll Morton (“Winin’ Boy Blues”), autoproclamado inventor del jazz en 1902, y a J. Russell Robinson (“Singin’ The Blues”), miembro de The Original Dixieland Jazz Band, a la que se atribuye la primera grabación comercial del nuevo género. “Es normal que más de uno reclamara entonces la paternidad del jazz, había mucha competencia a la hora de poner las cosas en marcha y darlas a conocer”, reflexiona Allen.
Y si hablamos de períodos incipientes, viajemos en el tiempo a los de nuestro protagonista: Toussaint se abrió camino por sus facultades como imitador en el teclado. “De chaval tocaba el piano a la manera de quien hiciera falta. El productor Dave Bartholomew me reclutó una vez para suplir en disco a Fats Domino, porque estaba de gira por Europa y había una fecha límite para entregar la grabación. Ni él mismo notó la diferencia. Y en directo sustituí dos veces a Huey ‘Piano’ Smith. La primera, en un tugurio de Alabama, cuando él tocaba con Earl King. Se puso enfermo y me recomendó el saxofonista. Allí ingresé en el mundo de los adultos”, rememora.
Allen debutó con “The Wild Sound Of New Orleans” (Edsel, 1958), colección de instrumentales propios y su único álbum de piano además del actual y el de 2005, “Going Places” (temas suyos bajo el epígrafe Jazzity Project). “Nunca había pensado grabarme. Hice aquel primer disco a petición de un ejecutivo de RCA, Danny Kessler, que puso nombres de caballos de carreras a los temas, porque yo me había limitado a numerarlos. Salvo uno, ‘Naomi’, en honor a mi madre. Todos mis discos se han hecho por requerimiento de alguien. De Joe Henry, en el caso del nuevo”.
Naomi Neville (nada que ver con The Neville Brothers), la progenitora, vio crecer su papel en los sesenta: Toussaint firmó con ese nombre, por motivos contractuales, varios de sus hits para otros. “Era mi época en el sello Minit como compositor y productor. Mi bajista recurrente entonces, en las sesiones para Lee Dorsey, por ejemplo, se llamaba Walter Payton, el padre de Nicholas”. Volvamos pues al quinteto que respalda a Allen en “The Bright Mississipi”. Además de con Nicholas Payton (The Blue Note 7), Toussaint tenía vínculo con Jay Bellerose: coincidieron en “I Believe To My Soul”. El solicitado batería (junto a David Piltch acompañó a Henry en el Primavera Sound) y Marc Ribot tocaron por cierto en “Raising Sand” (Rounder, 2007): la obra superventas y multipremiada de Robert Plant y Alison Krauss, supervisada por T Bone Burnett, comparte con “The Bright Mississippi” vocación por rescatar viejos tesoros. “Y estoy encantado de que incluyeran mi ‘Fortune Teller’”, apostilla Allen.
El saxo tenor de Joshua Redman y el piano de Brad Mehldau protagonizan cameos en el disco de Toussaint: “Brad es mágico y me paraba a escucharlo; Joshua posee un tono precioso y una ejecución perfecta”. Mehldau y Allen se retan en uno de los temas de Duke Ellington, “Day Dream”, cofirmado por Billy Strayhorn, genio a la sombra del gigante. En esa zona, detrás de los focos, siempre se sintió más cómodo Allen Toussaint. “Y ese sentimiento sigue dentro de mí, pero desde que Elvis Costello me introdujo a un público totalmente nuevo, pasear mi música por los escenarios siempre resulta muy excitante y gratificante”. 