La lista es tan alocada como uno podría esperar: va desde temas del house de Chicago y el US garage hasta la Motown (Brenda Holloway), Erykah Badu, Roxy Music, Cat Stevens, Sparks, Prince, “Lovesong” (The Cure) y “Love Hangover” (Diana Ross). “Este último es un buen ejemplo de cómo funcionamos. Hacía unos veinte años que no la escuchaba, pese a que me flipa. Me vino a la mente grabando el disco y decidimos que había que hacer algo parecido. Lo mismo me pasó con ‘Ghetto Kraviz’ de Nina Kraviz, que inspiró ‘All U Writers’”.
Para hacer las mezclas eligieron los estudios Sunset Sound de Los Ángeles, donde grabaron Sly & The Family Stone, entre otros. “Soy un friki con ese tipo de cosas. Pasear por la habitación donde Prince grabó entre 1981 y 1987 es una locura. Allí se hicieron un montón de obras maestras. Pero, no nos engañemos, en ese mismo estudio seguro que se grabaron auténticas mierdas. Tío, el rollo ese de que el espíritu de los que grabaron allí permanece es una chorrada. Si puedes sentir la presencia del fantasma de Jim Morrison, también te verás contaminado por todos los chapuzas que estuvieron allí, ¿no crees?”.
Se agradece la franqueza (y el sentido del humor) de Offer, que alterna algunas frases grandilocuentes sobre su propia banda con una capacidad admirable a la hora de reírse de sí mismo. El cantante es consciente de que su figura es uno de los grandes reclamos del grupo, especialmente en directo, cuando se convierte en una especie de chamán (no es tan descabellada la comparación con Maxi Jazz, de Faithless) poseído por un baile tan grotesco como pegadizo.
“Cuando estoy en el escenario solo pienso en las chicas (suelta una carcajada). Es un momento increíble: me sumerjo al completo en la música, intento ser la música. Y es curioso, porque mientras estoy teniendo esta especie de momento místico, al mismo tiempo me vienen pensamientos en plan: ‘Hey, no me había fijado en esa monada de la tercera fila’. Supongo que habrá bandas de rock guitarrero cuyos músicos en directo estarán pensando en qué harán cuando lleguen al hotel o qué van a desayunar al día siguiente. En mi caso, solo me vienen ideas hedonistas”.
El autor de “Myth Takes” (Warp, 2007) reconoce que a menudo intentan trasladar la energía del directo a los discos. “Es un pensamiento que siempre está ahí a la hora de grabar. Sabemos que hay mucha gente que ha flipado en nuestros conciertos, pero luego no escucha el disco en casa. Lo cierto es que cada álbum ha seguido una evolución y en este último hay canciones de electrónica que jamás sonarán en directo, pues están pensadas para disfrutar a solas”.
Sobre la relación entre su música y las drogas, es totalmente sincero: “Cuando estamos preparando un disco siempre hay algún momento en el que comentamos: ‘Esta canción será ideal para los que vayan ciegos de éxtasis o para los que estén fumados’. Sin embargo, los grupos que solo molan cuando vas jodido nunca han merecido mi respeto. Espero que la gente también sea capaz de disfrutar de !!! cuando está sobria”. 