Soft Cell: solo se vive dos veces
Prueba de la alergia al estrellato de Marc Almond fue el doble proceso autodestructivo de Soft Cell. Ante mi pregunta directa, se muestra rotundo: “Volveré a trabajar con Dave para la elaboración de la caja en directo, pero si te refieres a si habrá más conciertos de Soft Cell o nuevas grabaciones, la respuesta es que nunca volverá a suceder, nunca...”. Es uno de los pocos momentos en que el artista reduce casi a cero su característico tartamudeo. ¿Por qué no? (balbuceo desde mi repentino horror vacui, vértigo extrauterino, terror lovecraftiano o como quieran llamarlo): “Volver con Dave al estudio en 2002 fue un momento muy creativo, pero solo duró unos pocos meses... Dave tiene una serie de problemas personales que debe afrontar y que me hacen muy difícil colaborar con él... Pero, para serte sincero, pienso que la llama se ha apagado... Estuvo muy bien recuperar el grupo hace unos años. Los dos sentíamos que Soft Cell era algo inacabado. Cuando nos separamos en 1984 no había ninguna animosidad entre nosotros... Pero, al poco de reunirnos, enseguida eché en falta mi independencia. Stevo, mánager de Dave en aquel momento, se vio envuelto en el proceso. Todo acabó muy agriamente. Los viejos fantasmas volvieron a asomar, acabamos tocando en salas deprimentes... Creo que hicimos bien en dejarlo. Si Soft Cell reaparece, será para presentar lo que ya está hecho”.
Inasequible al desaliento, insisto a riesgo de resultar maleducado. Con Stevo fuera de juego, ¿no sería todo más fácil? “Dave y yo no tenemos actualmente una buena relación. Odio decir que nunca volveré a hacer algo porque las cosas suceden muchas veces de forma inesperada, pero, la verdad, no me veo en el escenario cantando ‘Sex Dwarf’ otra vez. Simplemente, no puedo”. El argumento es aplastante, pero tendría solución apartando los números menos apropiados. En cualquier caso, no solo los tiempos han cambiado, sino también la misma forma de cantar de Almond: “Todo era diferente, incluida mi forma de cantar, efectivamente. Empleaba un tono mucho más alto... En 1991, cuando rehicimos mi parte vocal en algunas canciones de Soft Cell –para el recopilatorio “Memorabilia. The Singles” (1991)–, a la gente no le gustó nada mi voz. Siempre esperan esa aproximación ingenua, un poco post-punk, cuando realmente creo que no solo había mejorado mi técnica vocal, sino que al fin cantaba bien canciones como ‘Where The Heart Is’... Por otro lado, no me veo haciendo giras largas. Las encuentro agotadoras y tengo demasiados problemas de salud. Eso sí, me gustaría hacer más teatro, conciertos especiales y minigiras, quizá...”. Nunca digas nunca jamás, Marc. 