De la parte más anónima del sexteto Piano Circus, Richter ha pasado a convertirse en superestrella de la clásica moderna. Su sentido trágico del minimalismo ha sido requerido, en versiones preexistentes u originales, por el cine y la televisión, de los que ahora es inseparable. Para él trabajar en proyectos ajenos no es un trámite ni un lastre, sino un disfrute. “Componer es un proceso experimental. Un conjunto de interrogantes. Y no me gusta hacerme las mismas preguntas todo el tiempo, porque si es así obtendré siempre las mismas respuestas. Me excitan las nuevas experiencias. Esa especie de sentimiento de qué vendrá ahora, qué es lo siguiente, qué pasaría si... Eso es lo que hace que salga de la cama por la mañana”.
Entre las películas que han ganado majestuosidad gracias a Richter encontramos “Vals con Bashir” (Ari Folman, 2008), “Lore” (Cate Shortland, 2012), “Testamento de juventud” (James Kent, 2014), “En el bosque” (Patricia Rozema, 2015) y, por supuesto, “La llegada” (Denis Villeneuve, 2016), que, a pesar de contar con score de Jóhann Jóhannsson, afianzaba su clímax emocional en la famosa “On The Nature Of Daylight”, ya empleada por Martin Scorsese en “Shutter Island” (2010) y por Henry Alex Rubin en “Disconnect” (2012). “Fue todo un poco complicado porque no estaba seguro de querer que se volviera a usar. Esa pieza tiene su propia razón de ser, que son las circunstancias políticas y humanitarias de la guerra de Irak. Por otro lado, conozco a Jóhann desde hace diez años y sé lo difícil que esto ha debido ser para él. Me lo imaginaba trabajando en esa música durante meses para que después mi tema se convirtiera en el más emblemático de la película. Pero al final, por muchos motivos, parecía lo mejor”.
Richter acaba de inaugurar un sello propio, StudioRichter, precisamente con un 12” de “On The Nature Of Daylight”. Es decir, todavía no se ha hartado del tema. Después llegarán “otras cosas mías, de artistas con los que trabajo, gente que me gusta...”, dice. “Pienso en el sello como una especie de laboratorio”.
Sus seguidores también celebran la llegada, este mismo mes, de la tercera y última temporada de “The Leftovers”, cuya banda sonora es una parte tan importante de la serie como la no-sonrisa de Justin Theroux. “Es una especie de mosaico: hay muchos arreglos distintos de música ya existente... Se trataba de hacer que todo pareciera parte del mismo mundo. En términos musicales, la tercera será muy parecida a las anteriores, aunque habrá algunas ideas nuevas”. Nadie esperaba menos. 