Vuestra letra más conseguida es “Voy a pudrirme en el infierno”. Me gusta la idea de admitir la propia mezquindad sin disfraces. (El Ortiga): La gente siempre te juzga por cosas así de tontas, no les gusta escuchar las verdades. Pero si hubiera un juicio final, nadie se salvaría, nos quemarían a todos. Marçal o Javi, que son tan majos y tan educados, se quemarían igual que yo, que soy un zafio, solo por tener una cuenta corriente en La Caixa.
¿Os gusta soltar vinagre sobre otros grupos o sois de los de “somos una comunidad”? (Txuso): Sí que somos una comunidad, pero de porteras. (Javi): Yo critico bastante: que si cantan fatal, que si no saben tocar, que si son unos modernos, etc. (El Ortiga): A mí no me gusta nada, casi ni lo que yo hago. Si fuera a un concierto de ¡Pelea! rajaría de nosotros mismos. Tengo muchos amigos que tocan en grupos, pero también muchos enemigos. (Olatz): Nos reímos bastante de los músicos que se toman muy en serio y de la gente que va de “rarita”.
¿Habéis estado alguna vez en una pelea? (Txuso): La verdad es que no me peleo porque soy un tirillas. Si pesase 120 kilos se iban a cagar todos esos hijos de puta.
¿Qué opináis del 15-M y la primavera caliente de 2011? (Marçal): Me acabo de terminar de leer un libro en el que se hablaba de un término muy chulo: la Violencia Divina. Walter Benjamin describió así la violencia con la que se utilizó la guillotina en la Revolución Francesa. Algo de esa violencia es lo que desató lo ocurrido en Londres, el asesinato de Gaddafi a pedradas y lo acaecido en las barriadas de París en 2007... Lo bárbaro puede que asuste de buenas a primeras, pero es mucho mas “útil” y drástico que las asambleas ciudadanas. 