Sofía Comas

Desde todos los flancos de la sociedad se nos invita a la autosuficiencia, pero algunas y algunos quieren seguir zambulléndose en los peligros del amor romántico, el más desatado, incomprensible e intenso, a ser posible. Ese parece ser el caso de la cantautora (y actriz y locutora) Sofía Comas, que con su nuevo single, “Ojalá la vida”, se marca un homenaje a la intensidad sentimental, al acto de darlo todo, de amar sin condiciones, con todos los riesgos para nuestra integridad psicológica que eso conlleva.

Entregarse entero/a puede salir caro y convertirte en una persona ridícula. Comas es la primera que lo sabe, de ahí que en esta misiva dirigida a un amante inepto (por no elegirla solo a ella, en primer lugar) haya serios visos de autoironía, igual que en tantas canciones dolidas de ese cancionero mexicano del que toma inspiración. “Y tú cantando ‘te amo’ a los vientos / a una mujer a la que sirves hiel / Y yo adorando a cualquier esperpento / que se cree que lo monta bien”. Parecen destinados a estar juntos, pero se empeñan (él un poco más) en perder el tiempo, y cada tic-tac es peor que el anterior.

“Ojalá la vida” tiene algo de canción que siempre ha existido y, a la vez, es puro presente. De la mano de la productora Paula Vegas, Comas encuentra un mundo sonoro singular donde apetece refugiarse un buen rato. Lo acústico y lo electrónico se confunden con sutileza. Lo orgánico se manipula para convertirse en mecánico: ese aliento convertido en pulso rítmico, un poco como en el “Big Love” de Fleetwood Mac. En lugar de una guitarra clásica, el elemento musical protagonista es un riff de bajo bastante sucio y grueso que por momentos amenaza con (o mejor dicho, promete) zamparse la canción.

El dolor es bueno, al dolor hay que cuidarlo y vestirlo con las mejores galas, parece sugerirnos Comas en el segundo avance (tras “Ranchera protectora”) de un futuro álbum que se presenta tema a tema como Algo Importante. ∎