En el reciente viaje de los Trump a Gran Bretaña ocurrieron muchas cosas, pero ninguna mejor que la visita del matrimonio a Windsor. Y no solo porque el encuentro con el rey Carlos y Camila estuviera trufado de momentos tan fuertotes como cuando un caballo que pasaba por allá decidió cagarse literalmente a los pies de esta curiosa comitiva o cuando Donald y Melania volvieron a reinterpretar una vez más (no es la primera, no será la última) la mítica escena de la reina Alien comiéndole la oreja a la teniente Ripley. Sobre todo, esta visita a Windsor será recordada por la incomprensible elección por parte de Melania de un gorro XXL que le tapaba casi por completo la cara y que, presumiblemente, le hizo ver toda la gala tal que así.
Melania Trump es ampliamente conocida por sus peculiares elecciones en lo que a moda respecta, como cuando le dio por disfrazarse de villana de la saga “James Bond” para hacerse fotos delante de las pirámides de Egipto, cuando se plantó en la cumbre de la OTAN con un vestido de Elie Saab con unas transparencias fuera de lugar o cuando, ante la insistencia de los rumores sobre el distanciamiento con su marido, lució una chaqueta de Zara con el mensaje “I really don’t care. Do u?” estampado en la espalda. Y es normal que, como ha vuelto a ocurrir en esta nueva aparición en Gran Bretaña, la imaginación de las redes se disparen para encontrarle parecidos razonables a su look… ¿Es el pato Darkwing? ¿Es parte del set de rodaje de una peli de Jodorowsky? ¿Es el Joker con su traje lila de putero? ¿Es la Inquisición española según Monty Python? ¿Es el Babadook? ¿Es un pájaro? ¿Es un avión? ¡No! ¡Es SuperMelania!
Hay algunas comparaciones, eso sí, que se han llevado la palma. Como, por ejemplo, el hecho de que su look de incógnito recuerde sospechosamente al Hamburglar de McDonalds. Lo que implica que, por contagio, la foto de los dos matrimonios transporta directamente a las imágenes familiares de los Happy Meals. También ha destacado la sospecha de que esta elección fashionista podría ser, además de un homenaje a la villana alien más icónica, la declaración definitiva de Melania a favor de unos aliens que bien podrían haber anidado en semejante accesorio. Aunque, a la hora de la verdad, cueste decidir si lo que iba a salir volando era el sombrero tipo OVNI o ella misma. Todo sea por evitar estar al lado de su sugar daddy. Así que, Donald, cuidado con el pelo.
Sobre Morrissey me gusta hablar tan poco como sobre Trump. Al fin y al cabo, resulta francamente difícil defender la actual deriva bocachancla del artista por mucho que The Smiths nos brindaran a muchos las herramientas necesarias para llevar hasta el extremo el dramatismo que todos necesitamos en la posadolescencia. Aunque, para polidramática, ella misma, que estos días ha vuelto a intentar buscar desesperadamente la noticia cancelando dos actuaciones de su gira norteamericana debido a “una creíble amenaza contra su vida”.
La cosa ha ido tal que así: hace unos días, la página de Facebook de Morrissey (es decir, Morrissey, tía, ¿cómo eres tan viejuna como para dar tus comunicados por Facebook?) publicaba un estado que decía: “Ha habido una creíble amenaza contra la vida de Morrissey. Por motivos de precaución, para garantizar la seguridad tanto del artista como del público, se ha cancelado la actuación de esta noche en Foxwoods. Agradecemos su comprensión”. A lo que le siguió un segundo post que afirmaba que tanto ese concierto como el de Boston habían sido cancelados debido a “acontecimientos recientes y por precaución, tanto por la seguridad del artista como de la banda”.
Unos días antes, un hombre de 26 años de Ottawa (Canada) fue puesto en libertad bajo fianza después de (presuntamente) haber amenazado con matar a Morrissey cuando actuara en la ciudad. Y aquí viene lo interesante: el acusado formalizó su amenaza a través ni más ni menos que de Bluesky, donde escribió lo siguiente: “Steven Patrick Morrissey when you perform at TD Place here in Ottawa next week on the evening of September 12th, 2025 at about 9pm, I will be present at the venue in the audience and I will attempt to shoot you many times and kill you with a very large gun that I own illegally” (“Steven Patrick Morrissey, cuando actúes en el TD Place aquí en Ottawa la próxima semana, la noche del 12 de septiembre de 2025, alrededor de las 9 pm, estaré presente en el recinto entre el público e intentaré dispararte varias veces y matarte con una pistola muy grande que poseo ilegalmente”).
Lo gracioso es que a la buena gente de Bluesky no se le ha escapado lo brutal de que la amenaza contra la vida de Morrissey suene precisamente con la misma cadencia con la que suele escribir el propio Morrissey. Porque, además, si a este hombre lo de cancelar conciertos no le gustara más que a un tonto un lápiz, la peña se habría tomado en serio toda esta chochá en vez de dedicarse a hacer bromas que apunten al gran ego del ya no tan gran Moz. ¿Lo mejor de todo? Que la artimaña le salió mal al artista y, en los mismos días en los que pretendía ser noticia con su barra libre de polidramatismo, la noticia fue más bien que alguien se tatuó a Morrissey sin querer y pensando que se estaba tatuando la cara de Charlie Kirk. Ya tenemos argumento para la nueva secuela de “Dos tontos muy tontos”.
“Fortnite” te puede gustar más o menos (o, como a mí, puede gustarte incluso menos que cero), pero lo que no se puede negar es que el juego sabe atraer a público de todo pelaje gracias a sus colaboraciones con artistas musicales de lo más diverso. En los últimos tiempos, hemos visto cómo en esta isla virtual han aterrizado desde los Metallica hasta incluso Mariah Carey. Pero la sorpresa de los últimos días ha sido el anuncio de que, a partir de las 20 horas del próximo 27 de septiembre, los jugadores de “Fortnite” podrán acceder a la “Daft Punk Experience”.
Cuando hablo de “sorpresa”, lo hago con todas las de la ley. Porque lo más habitual hasta el momento en las mencionadas colabos musicales del juego era ofrecer conciertos virtuales protagonizados por diferentes artistas. Pero la “Daft Punk Experience” va a ser eso, una verdadera experiencia que se inaugurará con una pista de baile inspirada directamente en la gira “Alive” y que incluirá elementos audiovisuales cedidos por la NASA y The Recording Academy. Además, los jugadores podrán mezclar la música del dúo robótico en los Dream Chamber Studios, enfrentarse a robots con un arma láser especial en la “Arena Robot Rock”, bailar en el Daft Club o realizar un videoclip de “Around The World” con piezas y muñecos Lego. A todo esto habrá que sumar, claro, diferentes skins, accesorios, instrumentos, gestos y bailes inspirados en Daft Punk. Y también uno de los platos fuertes de la experiencia: la primera construcción reactiva musical de “Lego Fortnite”: la icónica pirámide de sus directos, que reaccionará a la música y sincronizará tanto luces como sonido.
Fuerte, ¿verdad? Y, al parecer, esto solo es el principio de la colaboración entre el juego y el dúo, que se ha prestado a esta colaboración por mucho que colgaran los cascos robóticos en el año 2021. No es de extrañar, entonces, que entre las FAQs de la “Daft Punk Experience” se hayan visto obligados a incluir una que aclare que esto no significa que la banda haya vuelto, ni mucho menos. Eso no impide, sin embargo, que las redes anden revueltas con este anuncio. Sobre todo, porque tanto el teaser como el tráiler te meten el hype en el cuerpo. Y porque, más allá de los easter eggs que la gente ya ha empezado a buscar desesperadamente, es impresionante contemplar cómo esta experiencia a desembarcado incluso en el mundo real.