“Las largas sombras”, la nueva serie original de Disney+: amistad, secretos y nostalgia noventera en un thriller de potente reparto

Las madrileñas Ginebras llevan tiempo acumulando fans con su pop punk descarado, pero es posible que 2024 sea su año definitivo. Están a punto de hacer ruido, mucho ruido con “Cómo hemos cambiado”, una potente versión del clásico de Presuntos Implicados con la letra cambiada para avanzar la trama de “Las largas sombras”, el thriller de potente reparto que llega este viernes, 10 de mayo, a Disney+.

“Cómo ha cambiado / El secreto que guardamos / Nuestra amistad”, canta Magüi Berto, de Ginebras, al principio del tema. O, algo después, “tal vez si todas queremos / volveremos a mentir”, haciendo un poco de spoiler. Se hablará de esta serie y, desde luego, se cantará este cover. Tanto la serie como el tema están destinados a activar la nostalgia de los noventa en espectadores y oyentes.

“Las largas sombras” cuenta la historia de un grupo de viejas amigas del instituto que se reúnen tras el regreso a España de una de ellas, Rita Montero, una cineasta internacional encarnada por Elena Anaya. Toda la relativa nostalgia se viene abajo cuando aparece en escena la subinspectora Paula Ríos (Irene Escolar), cuya hermana mayor, Mati (Laura Wedel), antigua compañera de las protagonistas, había desaparecido a finales de los noventa durante un viaje de fin de curso a Mallorca. Se acaban de encontrar los restos mortales de Mati en una cueva. ¿Qué pasó realmente hace veinticinco años?

Belén Cuesta, Marta Etura, Itziar Atienza, Ana Rayo y Lorena López son las otras excelentes actrices que completan el grupo de amigas, a las que hay que sumar a las jóvenes intérpretes que encarnan a sus versiones adolescentes. La serie está contada en dos tiempos: por un lado, ese doloroso presente en el que nadie parece inocente, y por otro, los noventa de aquel fatídico viaje de fin de curso, cuando temas inolvidables de aquella época ponen banda sonora a flashbacks sobre momentos de adolescencia que marcan de por vida.

Bueno, tampoco adelantemos acontecimientos: antes de las dosis de nostalgia noventera, una canción de antes, de principios de los setenta, anima las noches de baile en un hotel mallorquín. Se trata de “Il cuore e’ uno zingaro”, uno de los clásicos sentimentales de la canción italiana de Nicola di Bari, aquel que le sirvió para ganar en el Festival de San Remo por primera vez en 1971. Los hay que aprovechan para bailar pegados; otros lo hacen a su aire. En contraste con esa alegría, alguien está arrastrando el cuerpo de una chica hacia quién sabe dónde.

Es algo después cuando escuchamos “Al amanecer”, de Los Fresones Rebeldes, mientras la Rita adolescente se acicala para presentarse ante sus amigos en su 18º cumpleaños. Sus padres le regalan una cámara de vídeo que, más adelante, servirá para contar la historia y también un poco para resolverla.

Sin entrar en mucho spoiler, diremos que más adelante “Devil Came To Me”, de Dover, pone electricidad a una escena de intimidad y complicidad y cantar mal a base de bien; de hacer planes para el futuro que parecen condenados a fracasar. No es la única vez que suena este clásico de nuestro rock alternativo y casi podríamos hablar de leitmotiv, con permiso del temazo de Di Bari, que también se repite.

Otras canciones menos indies también tienen protagonismo. Es el caso de “You’re My Heart, You’re My Soul”, cumbre dance-pop de Modern Talking que se recupera en el remix de 1998, año del flashback al que sirve de banda sonora. Por otro lado, en una secuencia del presente se impone la épica pop mainstream de “Cuéntame al oído”, de La Oreja de Van Gogh. “Aquí antes ponían punk, ¿no?”, dice el personaje de Elena Anaya cuando empieza a sonar en el local. Pero poco después demuestra que un día le gustó y que, de hecho, aún se sabe la letra.

Una serie como esta, con tantos giros, parece un cambio importante en la carrera de la prometedora Clara Roquet. Se la conoce, sobre todo, como autora de “Libertad” (2021), delicadeza iniciática que le valió el Goya a la mejor dirección novel. Pero, como aquella película, “Las largas sombras” nos habla también sobre el tránsito a la edad adulta, sobre cómo algunos acontecimientos pueden acelerar ese proceso.

Las protagonistas intentan que el pasado no las defina, pero eso parece imposible: las largas sombras del ayer se extienden, inevitablemente, hasta el aquí y ahora. Todas ellas ocultan algún secreto o algún trauma. Roquet se sirve de una trama de misterio para hablar sobre temas como el bullying, las relaciones LGTBI en unos noventa menos tolerantes o el drama de los abusos sexuales en la infancia.

Como buena cineasta que es, Clara Roquet sabe que una película (o una serie, que ya no hay ninguna diferencia) es mitad imagen, mitad sonido. Esto último está muy cuidado en “Las largas sombras”, no solo por las canciones elegidas –la supervisión musical ha corrido a cargo de Konga Music Agency (“El inmortal” (DLO, 2021 y 2023), o “Disco, Ibiza, Locomía” (Kike Maíllo, 2024), con Laura Gispert, Sandra Agudo y Teresa Carbonell al frente del proyecto–, sino también por la banda sonora original de Lucas Vidal, compositor que en 2016 marcó el hito de ganar dos Goya en cinco minutos con el tema principal de “Palmeras en la nieve” (Fernando González Molina, 2015) y la música de “Nadie quiere la noche” (Isabel Coixet, 2015). Él pone gran parte de la atmósfera en este relato brumoso sobre los secretos, el trauma y una sororidad convertida en pacto de sangre.

Así que no te la pierdas: “Las largas sombras” se estrena el 10 de mayo exclusivamente en Disney+.∎