Un brindis por Kanye. Ilustración: Jordi Gramunt
Un brindis por Kanye. Ilustración: Jordi Gramunt

Lista

Fantasías retorcidas: las 25 mejores canciones de Kanye West

Un mes después de la aparición de “Donda”, proponemos una selección de las 25 mejores canciones de Kanye West para dar la medida de la amplitud cromática que posee la trayectoria del rapero de Atlanta.

Consciente del aura absurda que, de un tiempo a esta parte, rodea su figura, en 2016 Kanye West rapeaba con sorna las siguientes barras: I miss the old Kanye, straight from the ’Go Kanye”. En efecto, es posible que muchos de sus seguidores secundaran esa emoción, refugiándose en los beats burbujeantes de “The College Dropout” y “Late Registration”, cuando Yeezy aparentaba ser una de las mentes más sensatas y con mejor gusto de la órbita hip hop, y no un personaje mercurial con tendencia al exabrupto delirante. Pero ¿está justificada artísticamente esa nostalgia? ¿Hemos de seguir tomándonos en serio a Ye, con el misticismo hiperbólico que carga ahora?

En Rockdelux hemos seleccionado las 25 mejores canciones de West, para responder a ese interrogante y comprobar si es mejor refugiarse en sus discos primeros o si vale la pena acompañar al artista incluso en sus momentos más extraños.

25

Hey Mama

de “Late Registration” > 2005

Compuesta originalmente en el año 2000, e incluida finalmente en “Late Registration”, el emotivo flow de “Hey Mama” se sumerge en brebajes soul con alma góspel, de los que emerge un estremecedor río que, mientras progresa, va sumando detalles de profusa aura barroca, dignos del gran David Axelrod.

Carta de amor a su madre, la canción supone el ángulo celebratorio de un triángulo gestado alrededor de la memoria materna, completado por “Pinocchio Story”, crudo epílogo a “808s & Heartbreak”, y la testamentaria “Donda”, que da título a su último álbum.

Esta es una de las piezas más queridas y valoradas de toda la trayectoria de West, muestra rutilante de sus habilidades con la producción, completada por Jon Brion, a través de un ejemplo supremo de aquello que Godard ya pregonaba en “Banda aparte” (1964): “clásico = moderno”. Marcos Gendre

24

Jail

de “Donda” > 2021


La primera canción propiamente dicha de “Donda” está construida con un aparejo muy reducido del que West consigue extraer rendimiento. El de Atlanta dispone los pocos elementos instrumentales –un riff de guitarra a modo de beat y una melodía pertinaz– para vaciar de contenido cromático su austera salmodia y propiciar la mecánica del trance entre creyentes, curiosos y conversos. Justo en mitad del camino se suma a la liturgia Jay-Z –en la facsimilar “Jail pt 2”, los invitados son Marilyn Manson y DaBaby– para tirar de cilicio, sugerir que esto es el comienzo de una nueva alianza –“Hova and Yeezus, like Moses and Jesus”– y allanar el paso a West hacia el estribillo final. Golpe de efecto, sin duda. César Luquero

23

Heartless

de “808s & Heartbreak” > 2008


No es que ahora toque reivindicar 808s & Heartbreak” como una obra maestra incomprendida o como un disco maldito al que el tiempo ha dado la razón, pero sí que es verdad que los años lo han recolocado. La excursión out of character del Kanye West R&B, pop, sentimental y piripi de Auto-Tune de “Heartless”, por ejemplo, se entiende y se disfruta mejor ahora que entonces sencillamente porque podría ser un hit actual. Quizá no un mega-hit actual, pero sí una canción como hoy hay tantas de artistas de soul pegadizo, vulnerable e hipertecnificado. Un capricho romanticón de papiroflexia R&B con efluvios jamaicanos en la era de las emociones únicamente expresadas (o vaciadas) por un emoji. Joan Pons

22

Waves

de “The Life Of Pablo” > 2016


Si algo ha caracterizado la carrera de Kanye West es haber hecho arte del espacio liminal entre la genialidad y la más absoluta chorrada. “Waves” nació de una boutade bien absurda que acabó en hallazgo: West quería trabajar con el indeseable Chris Brown porque era “el único tipo que quizá es más odiado que yo”. Para colmo, Kid Cudi tararea autotuneado y suena como Chewbacca. El resultado, sin embargo, es una de las últimas canciones pop redondas de Ye, un hit dulce de producción exquisita que te envuelve en secuencias de sintetizador con la cadencia de las olas del mar, un infeccioso sample old school –se recupera a los Fantastic Freaks directamente desde la banda sonora de “Wild Style” (Charlie Ahearn, 1983)– y una pléyade de “colaboradores” en los que es capaz de generar la voluntad por ofrecer la mejor versión de sí mismos: Brown suena como los ángeles, Cudi ¡funciona! y Chance The Rapper recupera sensaciones del “old Kanye” sin mirar atrás. No obstante, el “Waves don’t die, baby” también suena a “West don’t die”Alberto Lechuga

21

Niggas In Paris

de “Watch The Throne” de Kanye West & Jay-Z > 2011


El vídeo de “Niggas In Paris”, básicamente un montaje a toda leche de un show en vivo, se abre con una advertencia para el espectador por su potencial peligro epiléptico. En realidad, la canción, uno de los singles promocionales de ese irregular “Watch The Throne” que Kanye lanzó a pachas con Jay-Z en 2011, ya tiene ese peligro por sí misma: pasan tantas cosas, a tanta velocidad y en tan poco tiempo, que puede tumbar a cualquiera por su cubierta bañada en oro y sus aires de grandeza incluso en el name-dropping (citas a Michael Jordan y Michael Jackson a través de una paráfrasis de The Notorious B.I.G.). Esto es stadium rap con las barras escritas en caja alta, otro capítulo de los delirios maximalistas de West: al fin y al cabo estamos hablando de un tema que, en el colmo del exceso, presentaron doce veces seguidas en los diversos conciertos que dieron (no podía ser de otra forma) en París. Victor Trapero

20

Can’t Tell Me Nothing

de “Graduation” > 2007


“Graduation” es uno de esos trabajos que, con el paso del tiempo, suman puntos para ser reconsiderados al alza. Culpa de ello la tienen picos creativos como “Can’t Tell Me Nothing”; según el propio Kanye West, su canción favorita de entre todas las que ha hecho. En esta afirmación quizá tenga que ver la épica de aura “zeppeliana” fraguada en la base instrumental que West cocina con la colaboración de DJ Toomp. Junto a este moldea a su gusto el “I Got Money” de Young Jeezy, que también participa en la parte vocal de tan lustrosa representación del cielo/infierno vivido por el genio de Atlanta, definida en una línea tan explícita del extremo negativo de esta dualidad como “I feel the pressure, under more scrutiny / And what do I do? Act more stupidly”. Ni más ni menos. Marcos Gendre

19

Off The Grid

de “Donda” > 2021


Beneficiada por su ubicación al principio del inabarcable “Donda”, “Off The Grid” nos devuelve al Kanye abrasivo de “Yeezus” con alguna pincelada de la épica religiosa de “JESUS IS KING” (2019). La canción aborda el vaivén constante, tan propio de Kanye, entre los descalabros públicos y los intentos de redención, y para ello se acompaña de representantes de dos generaciones posteriores a él: Fivio Foreign, abanderado del Brooklyn drill, y Playboi Carti, última encarnación de la estirpe cloud rap. Es precisamente Carti quien gana la partida con sus fraseos rotos y arrolladores, pero Kanye acaba arriesgando más: con la voltereta repetitiva, casi defectuosa, de su estribillo, y con un saraut a Messi (“They playin’ soccer in my backyard, I think I see Messi”) para rimar con la mejor barra de la canción, referida a su promesa ante Dios de evitar las palabras gruesas en sus canciones: “Don’t try to test me, I keep it clean, but it can get messy”Aleix Ibars

18

Devil In A New Dress

de “My Beautiful Dark Twisted Fantasy” > 2010


En todo disco de Kanye West siempre hay sitio para una balada (o incluso varias). Y no iba a ser una excepción “My Beautiful Dark Twisted Fantasy”, comúnmente considerado su obra maestra. En él, el rapero demuestra su faceta más camaleónica, incluyendo esta canción romántica en la que nos habla de un amor, pero lo hace dándole además un tinte religioso, algo muy habitual en su música. “No estamos casados, pero esta noche necesito algo de consumación”, llega a decir en este tema en el que se acompaña del gigantón Rick Ross, y que supone una de las mayores cargas de profundidad de un disco ya de por sí inabarcable. En ese mood es clave la base instrumental, elegante y melancólica, creada a raíz de un sample de “Will You Love Me Tomorrow?” de Smokey Robinson.

Puedes sentirte más o menos identificado con “Devil In A New Dress”, pero desde luego representa la filosofía de Mr. West, demostrando que el reciente y místico “Donda” no es sino la versión extrema de una línea que el artista empezó tiempo antes. Alfonso Gil Royo

17

All Falls Down

de “The College Dropout” > 2004


El anecdotario que rodea “All Falls Down” es de sobra conocido. Su versión primeriza, bautizada como “Self Conscious”. La presentación en forma de spoken word en el “Def Jam Poetry”. Y, sobre todo, la imposibilidad para lograr aprobar el sample del “Mystery Of Iniquity” de Lauryn Hill, el viaje de Ye a Miami para buscar a Hill puerta por puerta, la reinterpretación de Syleena Johnson cantando en su lugar.... Cotilleos de la industria discográfica aparte, “All Falls Down” es la quintaesencia de lo que es, ha sido y siempre será Kanye West: la ambición por delante de la idea, haciendo todo lo necesario para materializar su intención artística.

La canción fue, también, el tercer single del álbum debut del de Chicago y, sin embargo, nos adelantó con asombroso detalle todo lo que vendría después. Grabada en su apartamento, combina un storytelling desgarrador, en el que encontramos a un Kanye que lucha con sus inconsistencias y sus dualidades, con el ascenso a la fama y su afán de grandeza, material y artística, y con el peso sobre los hombros que debe cargar el hombre negro en un país como Estados Unidos. A nivel formal, el artista se enfrenta a la canción con el humor, la selfconsciousness y la seguridad en sí mismo que es su seña de identidad. Y, por si fuera poco, todo ello envuelto en una creación preciosa, melódica, que entable un diálogo de rechazo y atracción con la temática de la letra. Al Sobrino

16

No Church In The Wild

de “Watch The Throne” de Kanye West & Jay-Z > 2011


El colchón instrumental formado por los hinchados samples de Phil Manzanera (guitarra) y Spooky Tooth (batería) crea un nubarrón cargado de tensión eléctrica, cerniéndose sobre el oyente para darle la bienvenida a las curvas que le esperan en “Watch The Throne”, iniciando el duelo fraternal (¿fratricida?) entre Kanye West y Jay-Z, encaramados a sus respectivos soliloquios sobre la hoguera de las vanidades. Pero quien roba la escena es un por aquel entonces prometedor Frank Ocean, que deambula por las ruinas de este palacio sónico musitando barras existenciales (“¿Qué es un rey para un Dios? / ¿Qué es un Dios para quien no cree?”). Puede que la intención de Ye y Hova al citarse para hacer un álbum conjunto fuera jugar a disputarse el trono del hip hop, pero lo que hicieron en realidad fue anunciar la llegada de un nuevo emperador. Gerard Casau

15

Stronger

de “Graduation” > 2007


Plantando cara a la adversidad con fuerza, mucha fuerza. “Stronger” es el tercer corte de “Graduation”, el álbum que completó la Trilogía de Oro inaugurada con “The College Dropout” y continuada con “Late Registration”. West mezcló el tema setenta y cinco veces hasta encontrar el equilibrio buscado en una canción que invoca la máxima de Nietzsche de “lo que no te mata, te hace más fuerte” y que se alimenta del “Harder, Better, Faster, Stronger” de Daft Punk (que a vez se alimentaba del “Cola Bottle Baby” del olvidado Edwin Birdsong). Puro perfeccionismo radio friendly (hasta Timbaland fue requerido para refinar las programaciones de batería) sin fecha de caducidad, ampliado con un vídeo de Hype Williams grabado en Japón homenajeando a “Akira” (Katsuhiro Otomo, 1988), extensión de la “fase nipona” de Kanye: todo el artwork de “Graduation” y los singles del mismo corrieron a cargo de Takashi Murakami, el Warhol tokiota. Juan Cervera

14

Ultralight Beam

de “The Life Of Pablo” > 2016


Abrir un disco sampleando la exhortación de una niña de 4 años temerosa de Dios (“¡No queremos demonios en esta casa! / ¡Solo queremos al Señor!”) es toda una declaración de intenciones. Porque esa devoción pura, literal y ajena a la ironía es la que persigue Kanye West. Carga con demasiados actos pecaminosos y turbulentos para alcanzarla, pero nadie podrá negar que se deja la piel (y la reputación) en ello y, seguramente, nunca ha estado más cerca de ella que en “Ultralight Beam”, donde entrelaza sus manos con las de Chance The Rapper, The-Dream y los cantantes de góspel Kelly Price y Kirk Franklin para crear un himno de percusión pesada en contraste con una lírica elevadora. Si, en líneas generales, “The Life Of Pablo” propulsó al rapero a su fase más grotesca, esta canción lo redime como un postrero momento de genuina gracia. Gerard Casau

13

Flashing Lights

de “Graduation” > 2007


Segunda mejor canción de Ye con “lights” en el título (la primera sería “All Of The Lights”; la tercera, “Street Lights”), el más hedonista hallazgo de “Graduation” era música hecha claramente con las pasarelas en mente, quizá como banda sonora soñada para un desfile de la cancelada línea Pastelle Clothing. Hip hop de vieja escuela, R&B (ese glorioso estribillo a cargo de Dwele) y cuerdas sinfónicas caminan cogidos de la mano con sintetizadores en fase trance en una retrofuturista oda al exceso, o mejor, a una exnovia amiga del mismo. El narrador no puede olvidarla y a muchos nos sucede lo mismo con esta canción, con esta versión de Kanye. Juan Manuel Freire

12

Power

de “My Beautiful Dark Twisted Fantasy” > 2010


Estudiar la mente de Kanye West debe ser el sueño (o la pesadilla) de cualquier psicoanalista. En “Power” se entrecruzan sus recuerdos del niño que fue con un reconocido intento de suicidio tras una depresión. Lanzado como primer sencillo del enorme “My Beautiful Dark Twisted Fantasy”, “Power” contrapone su orgullo de triunfador a las penas y miserias de la América del siglo XXI. Y cuando dice que “nadie debería tener tanto poder”, se refiere al que él mismo exhibe y ostenta. Un temperamento esquizoide que queda rubricado en la recurrente utilización de un sample de “21st Century Schizoid Man” de King Crimson, que se cuela bajo el ritmo obsesivo, repetitivo y épico del tema, muy en la onda de la fantasía heroica del sinuoso cuadro viviente que constituye el videoclip de Marco Brambilla. Luis Lles

11

New Slaves

de “Yeezus” > 2013


De la batería de polémicas que Kanye ha ido detonando a lo largo de los últimos años, quizá ninguna de sus provocaciones haya resultado tan sangrante, incomprensible e insultante como aquella entrevista a TMZ en la que definió los 400 años de esclavismo en América como una “elección” por parte de la población negra. Pero años antes de todo aquello, “New Slaves” supo conjugar la rabia heredada durante generaciones con la propia experiencia de Kanye como un hombre negro en su imparable ascenso a las esferas más altas de la industria del entretenimiento y la moda.

Esculpida sobre unas pocas pero obsesivas notas sintéticas y con una brutal catarata de barras sobre las servidumbres y prejuicios de los que resulta imposible escapar si eres negro (a pesar de los millones que haya en tu cuenta corriente), “New Slaves” culmina descorchando un sample de “Gyöngyhajú lány”, un himno de rock lisérgico de 1969 de la banda húngara Omega, sobre el que Frank Ocean alza el vuelo como una especie de Ícaro nihilista fundiéndose con el sol. Juan Monge

10

Blood On The Leaves

de “Yeezus” > 2013


Apreciar “Blood On The Leaves” es entender “Yeezus”, el que para algunos posiblemente sea el mejor disco de Kanye West; o, como mínimo, aquel en el que más y mejor nos podemos asomar al vórtice de atracción que debe ser su cerebro creativo, y que abrió en 2013 el camino que la industria recorrería en los años posteriores.

Este corte es un epítome en sí mismo. Es brutal y modernista, es efímero y contundente, es melódico y distorsionado. Es una amalgama de samples (capital el de “Strange Fruit” de Nina Simone) y sonidos que Ye consigue empastar y con los que logra epatar. Una nueva lección en el uso del Auto-Tune (¡gracias, T-Pain!) en la que West se erige como director de orquesta, pero, sobre todo, como narrador tirando de sus temáticas predilectas: lujo y consumismo, afrocentrismo y los dramas asociados a ser una figura pública, mitad celebrity, mitad genio. Todo ello aupado sobre los hombros de nombres como Lunice, Hudson Mohawke, Arca, 88-Keys o Mike Dean, los cuales firman la coproducción. Casi nada. Al Sobrino

09

Gold Digger

de “Late Registration” > 2005


Escrita en origen para el álbum de debut de Shawnna (“Worth Tha Weight”, 2004), pero incomprensiblemente rechazada, “Gold Digger” acabó refulgiendo como cuarto track de “Late Registration”, encajada entre “Touch The Sky” y el primer skit del álbum. Con Jamie Foxx recreando el “I Got A Woman” de Ray Charles (Foxx se agenció el Óscar por su encarnación de Charles en el biopic “Ray” de 2004) y coproducción de Jon Brion, la canción es el relato superfunky del expolio monetario que una mujer le hace a su hombre, con abundancia de name dropping (Louis Vuitton, Jennifer Lopez, Busta Rhymes, Usher, Mercedes Benz…) y una aguda muestra de la capacidad de West para crear relatos trufados de ironía y finísimo sentido del humor. Hype Williams completó la jugada con un estilizado clip poblado de insinuantes pin-ups. Juan Cervera

08

Black Skinhead

de “Yeezus” > 2013


Ben Affleck, guest host del “Saturday Night Live” del 18 mayo de 2013, dio paso al estreno en exclusiva de lo nuevo de Kanye West y todos nos frotamos los ojos, nos frotamos los oídos. Frente a un backdrop que escupía imágenes de dobermans ladrando, capirotes negros y declaraciones de intenciones (“NOT FOR SALE”), un Kanye con chupa de cuero con remaches, que también ladraba más que rapeaba, despachaba su nueva canción con un tema y una actitud casi hard-rock. “Parece un cántico de estadio de fútbol”, dijo de “Black Skinhead” Travis Scott. Esa era su energía animal, animalizadora, incluso. Sin llegar a aclarar nunca si partía de un sample de “The Beautiful People” de Marilyn Manson o no (ni él, ni Daft Punk, que también se salieron de su registro habitual en una de sus producciones más lijosas), Yeezus entendió que tras Odd Future, tras Death Grips, el rap duro tenía que ser otra cosa: esto. Joan Pons

07

Through The Wire

de “The College Dropout” > 2004


El primer anticipo del primer álbum de Kanye West fue grabado a finales de 2002, cuando este convalecía del accidente de coche en que se destrozó la mandíbula. En lugar de ponerse tremendo, Ye optó por lo humorístico, atiborrando de helio el estribillo de “Through The Fire” –popularizada por Chaka Khan– o bromeando con algunos detalles de su cirugía. También aprovechó para reivindicarse como rapero inteligente e ingenioso –tras varios años de trabajo como productor, por fin podía vaciarse frente al micro– en una serie de estrofas que anticipaban la potencia de un autor en pleno despegue. César Luquero

06

Monster

de “My Beautiful Dark Twisted Fantasy” > 2010


Se pueden decir muchas cosas de “Monster”: que es la sucesora espiritual del “Thriller” de Michael Jackson, que la producción hermana una intro y outro vocal del coloso indie Justin “Bon Iver” Vernon con beats trap y estética horrorcore, que Rick Ross celebra la cultura sample de Kanye justo en una de las pocas canciones de “My Beautiful Dark Twisted Fantasy” que no contiene ninguno, o que Jay-Z huele una masacre a la vez que cita icónicamente una retahíla de monstruos fantásticos. Pero nada le haría más justicia que reconocerle que con ella nació un mito, y no el de Ye creando su obra maestra, sino el de Nicki Minaj como una de las mejores, más díscolas y fieras raperas de la década pasada. Sus líneas son todo fuego, todo uñas afiladas y lengua viperina, casi como la pieza central de un museo imaginario de la cultura pop. Y, si no, que se lo digan a Adele y James Corden. Es la mejor contribución a una larga tradición de raperas haciéndoles sombra a sus partenaires masculinos en su propio feudo. Puedes ser el Rey / Pero mira a la Reina conquistarÁlvaro García Montoliu

05

Touch The Sky

de “Late Registration” > 2005


Tercer corte en el listado de “Late Registration”, “Touch The Sky”, construido sobre un sample ralentizado de “Move On Up” de Curtis Mayfield, con producción de Just Blaze y colaboración de Lupe Fiasco (fue el debut discográfico del rapero de Chicago), es una de las muchas afirmaciones egocéntricas de Mr. West, en pleno trip hacia la gloria tras el bombazo que supuso su “The College Dropout”. West vislumbrando su inmortalidad (“’Fore the day I die I’ma touch the sky”) en un combinado irresistible de soul vintage, fraseo dinámico y refrescante y equilibrada alquimia entre hip hop y pop, completado con un espectacular vídeo de estética blaxploitation realizado por Chris Milk. Juan Cervera

04

Diamonds From Sierra Leone (Remix)

de “Late Registration” > 2005


Resulta contradictorio que en una cultura como la del hip hop, nacida como arma de lucha de las clases desfavorecidas afroamericanas, exista tanta ostentación de la riqueza y la opulencia. De este choque de valores habla Kanye en esta canción, en la que critica que en Estados Unidos mueran por las drogas y en Sierra Leona por los diamantes que se compran vendiendo estas drogas. Pero, he aquí lo curioso, esto lo dice en el remix de la canción, ya que en la original la letra es mucho más frívola, centrándose en el éxito y la belleza de los diamantes. Usando la misma instrumental (un beat rápido y equilibrado, cortesía de la coproducción de Jon Brion, Devo Springsteen y el propio West) y sampleando con tanta ironía el “Diamonds Are Forever” de John Barry y Shirley Bassey, esta remezcla devenida canon (gracias, también, a la crucial aportación de Jay-Z) demuestra que en ocasiones rectificar y evolucionar ayuda a mejorar. También en la música. Como muestra este corte que recibió, entre otros reconocimientos, el de Mejor Canción de Rap en los premios Grammy de 2006. Alfonso Gil Royo

03

Jesus Walks

de “The College Dropout” > 2004


¿Que si esta canción es importante? En “AMC Visionaries. La historia del hip hop” (2019) le dedicaron una retrospectiva de una hora. Y, además, era el episodio que abría la serie. Kanye lleva toda su carrera jaleando a Dios del modo más sincero, pero raramente ha cultivado una visión mejor, más poderosa del rap cristiano: imposible resistirse a esa ejemplar superposición de samples góspel –y de Curtis Mayfield, A Tribe Called Quest o Lou Donaldson– con beats marciales (y citas a Adam Sandler); a ese flow realmente dinámico y carismático, capaz de convertir a cualquier ateo y (esto es cierto) de instigar a los cristianos a incluir más rap en las misas góspel. “Dicen que puedes rapear sobre cualquier cosa sobre Jesús”, recuerda Ye en el tema. “Eso significa pistolas, sexo, mentiras y cintas de vídeo. Pero si hablo sobre Dios no pondrán mi tema, ¿eh?”. Toque de ciencia en esta oda religiosa: no, no hay verdades sagradas. Juan Manuel Freire

02

All Of The Lights

de “My Beautiful Dark Twisted Fantasy” > 2010


La bombástica All Of The Lights” no solo sigue siendo una de las mejores canciones de Kanye West, sino también una de las más excesivas: además de los notorios featurings de Rihanna y Kid Cudi, también participaron Drake, Elton John o Alicia Keys, entre muchos otros, tiene un interludio y una letra que, además de alimentar el arquetipo del hustler que se convierte en una estrella, apunta a ese gran tema que es la fama y atraviesa la vida de Kanye. Desde un comienzo pidiendo más luz, más focos y más atención para que todo se convierta en Las Vegas (y que está a un paso de ese “Soy un Dios” que soltaría pocos años después) hasta la narrativa de una vida marginal, incluyendo menciones a juzgados, maltratos y régimen de visitas a una hija que no quiere que crezca en el gueto. Por no faltar, no falta ni la mención a la muerte de Michael Jackson, que tuvo lugar un año antes.

Musicalmente, es una de sus composiciones más complejas, en la que se dan la mano los momentos grandilocuentes del primer Ye o los beats más sucios y aparentemente arrítmicos que dominarían su obra a partir de “Yeezus”. Obertura de chelo y piano, y luego arranca con tremendísima fuerza –sección de viento incorporada y sin hacerse esperar– la arrolladora voz de Rihanna y un beat oscuro y casi arrítmico que entra dando aún más urgencia a esa petición de Kanye de “más focos”. Son casi cinco minutos en los que Ye va metiendo capas, beats e instrumentos de forma casi barroca, jugando con las voces de los colaboradores, estableciendo falsas pausas y manipulando los tempos de forma que no se sabe qué esperar ni cuándo. Pese a las trompetas, los beats, las colaboraciones, el vocoder, el piano, el chelo y todo, no sobra absolutamente nada. Kanye consigue mezclarlo sin que quede un pastiche.

Con la perspectiva que da el tiempo, es fácil ver que con “All Of The Lights” llegó el momento de empezar a despedirse del “old Kanye” y enfrentarse a un artista en pugna permanente con su entorno. Carolina Velasco

01

Runaway

de “My Beautiful Dark Twisted Fantasy” > 2010


“Runaway”, la pieza de resistencia del deslumbrante “My Beautiful Dark Twisted Fantasy”, ahonda en las heridas abiertas de Kanye West –entre ellas, por supuesto, la arrogancia–, pero encajándolas en el tono confesional de un álbum perfecto de bisutería fina y gemas para siempre.

“Runaway”, casi seis minutos, un falso final y tres minutos más de vocoder –lo más cercano a su anterior “808s & Heartbreak”, con la voz distorsionada e incomprensible de West (¿dice “soy honesto”?)–, es una balada con desarrollo progresivo que incluye microsamples apenas perceptibles de directos de James Brown en 1968 y Rick James en 1981: pedigrí historicista negro.

La canción, trip hop de cámara orquestado, se abre con el suspense de un piano percutiendo suave, con la cadencia de gotas de lluvia marcando el tempo de una historia de redención; hasta pasado el minuto uno no aparece Kanye. En su desarrollo, “Runaway” pivota sobre el golpe seco de batería –como un latigazo lanzado al aire– robado del inicio del “The Basement” (1992) de Pete Rock & C.L. Smooth, quienes lo tomaron prestado del “Expo 83” (1971) de Backyard Heavies. Es el patrón-interludio que intensifica el pálpito de la composición, un leitmotiv que gradúa e impulsa el cúmulo de lamentos, disculpas y automenosprecios que se celebran con sucesivos brindis en honor a todos los gilipollas, imbéciles, cabrones e idiotas… entre los que –medios de comunicación y sociedad en general mediante– se incluye, por fin, el propio Kanye: infidelidad, exhibicionismo sexual digital y predisposición a meter la pata constantemente (sobrevolaba el affaire con Taylor Swift en los MTV Video Music Award de 2009).

“Runaway” oficializó, además, el fin de la relación de dos años (2008-2010) con su pareja, la exestríper, modelo y empresaria Amber Rose: “Baby, I got a plan / Run away fast as you can / Run away from me, baby”. Profundizando descarnadamente en la ruptura, el adiós fue bendecido por frases como “you been puttin’ up wit’ my shit just way too long” y “‘cause you could blame me for everything”. También por el rap de Pusha T, del dúo Clipse, con su demoledor “24/7, 365, pussy stays on my mind” de saque. Acostumbrado a improvisar, tuvo que repetir varias veces sus barras obligado por el perfeccionista Kanye; impresionado, lo acabó fichando para su sello G.O.O.D. Music (desde 2015, Pusha T es el presidente de la compañía).

“Runaway” dio paso a un cortometraje alucinado de 35 minutos (con guion de Hype Williams y dirigido por el propio Kanye: historia de amor imposible entre él, el elegante Griffin, y Selita Ebanks, misteriosa ave fénix) con retazos de los temas de “My Beautiful Dark Twisted Fantasy”; en el vídeo titular de la canción, el toque especial de bailarinas de ballet con tutús negros (como en la portada del álbum y de algunas versiones del single, gentileza del realismo artificial del artista George Condo).

En 2011, en Cracovia, Polonia, Kanye interpretó por sorpresa un “Runaway” de casi 20 minutos tras añadirle un descomunal freestyle final de góspel afónico, vocorizado; memorable improvisación endiosada, a la altura de la propia canción. La más ambiciosa de su carrera. La mejor entre muchas. Santi Carrillo

Playlist / Kanye West: 25 mejores canciones

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