LISA

“Rockstar” no es el primer lanzamiento en solitario de la integrante de BLACKPINK, pero sí el primero fuera de YG, el titán surcoreano de la industria del k-pop. En diciembre de 2023, los cuatro miembros del grupo anunciaban no renovar su contrato para actividades individuales, y la tailandesa ha sido la primera en debutar.

“Corea es nuestro país, pero Tailandia es MI país”, suele afirmar la cantante cuando le preguntan por sus orígenes. Así, “Rockstar” es un homenaje a la identidad que su discográfica ha tratado de ocultar a lo largo de su trayectoria pero, por primera vez, desde una perspectiva y para una audiencia occidental. LISA ha mencionado en más de una ocasión su admiración por Rosalía (son fuertes los rumores sobre una colaboración entre ambas), y es evidente que la artista ha buscado poperizar y contemporaneizar la cultura tailandesa, del mismo modo que la de “Despechá” hace lo propio con el flamenco.

“Rockstar” viene acompañada de una superproducción audiovisual grabada en las calles de Bangkok en la que LISA visibiliza a las mujeres tailandesas. El elemento clave: la piel morena, tanto en ella como en el resto de figurantes, demandando lo mucho que ha tenido que blanquear su aspecto en la industria surcoreana. “Lalalisa, can you teach me japanese? I said hai, hai” (“Lalalisa, ¿puedes enseñarme japonés? Yo digo sí, sí”) es la frase más icónica (y reivindicativa) del single, y aquella que afirma que la cantante pretende crecer en nuestro continente: poco o nada tiene que ver BLACKPINK con Japón, y LISA se jacta irónicamente de aquellos que perciben su continente como un país único. Así, la artista nos propone espabilar, porque Asia es multicultural y ella busca nuestra conquista.

Para terminar de integrarse en la industria discográfica occidental, la tailandesa samplea “Same Old Mistakes” de Tame Impala, en un momento donde el nombre del proyecto vuelve a estar en boca de todos por sus colaboraciones con Dua Lipa. “Rockstar” es una de las pocas canciones del mainstream surcoreano que no cumple los estándares del k-pop. Así, el adelanto se convierte en un producto exquisito en tanto que cumple todos sus objetivos: trascender Corea, o mimetizarse con Europa a través de la moda del folklore vanguardista y guiños a nuestro canon. Al fin y al cabo, LISA siempre ha sido más rapera que k-poper. ∎