Álbum

Automatic

Is It Now?Stones Throw-[PIAS] Ibero América, 2025

Que la gente baile y que la gente piense. Aquí tenemos un grupo diferente para contarnos todo esto que está pasando. Automatic, el trío de Los Ángeles formado por Izzy Glaudini (sintetizadores y voz), Halle Saxon (bajo y voz) y Lola Dompé (batería y voz; por cierto, hija de Kevin Haskins de Bauhaus, Tones On Tail y Love And Rockets), lleva casi una década demostrando que el post-punk no está reñido con el ritmo más bailongo de los New Order ni con el pensamiento crítico. Entre su debut Signal” (2019), donde lanzaban una alarma generacional desde la frialdad de los sintetizadores, y Excess” (2022), su diagnóstico más ácido sobre la saturación capitalista, el recorrido ha sido impecable. Con “Is It Now?”, su tercer álbum, se produce el salto a algo aún más humano, más pulido y abierto a la esperanza.

La producción de Loren Humphrey (Arctic Monkeys, Florence + The Machine) tiene mucho que ver. El disco fue registrado en sesiones conjuntas y con un enfoque analógico, buscando un pulso más orgánico y cálido del que habíamos oído antes en ellas. Y lo consiguieron: hay funk en los bajos, groove en las baterías y un synthpop oscuro que mantiene, bajo la superficie, la idea de que la belleza y la política pueden convivir en la misma pista.

El arranque con “Black Box” lo deja claro desde el primer segundo: bongós, bajo dub, un sintetizador que parece un avión a punto de estrellarse y una crítica frontal al arte domesticado por el dinero: “Greed will ignite and burn you from within / Not much survives / Evil the prize”. La caja negra de ese avión es, en realidad, el sistema entero ardiendo, y ellas bailando sobre sus restos con un groove glacial. A partir de ahí, el álbum despliega un equilibrio casi perfecto entre ironía y desahogo. Tenemos por ejemplo “mq9”, un ejercicio musical de futurismo militar, o Mercury”, que acelera con breakbeats y sirenas industriales un versículo sobre salir del letargo cuando todo alrededor se pudre pero aún queda la posibilidad de despertar y volver a mirar el sol de frente. Por otro lado, Lazy es una pieza de synthpop ingeniosamente construida, un paseo ágil y elegante entre sintetizadores.

El sencillo que da nombre a esta entrega, “Is It Now?”, funciona como declaración de principios, un himno sobre encontrar alegría en medio del colapso. Entre versos que disparan contra el conformismo –“Secondhand, not television / Sabotage the banking business / Capital makes big decisions”–, el grupo se ríe del capitalismo de escaparate y de la cultura del clon. Se contrapone la pulsión de ser uno mismo (“I wanna be like”) con la imitación vacía (“They wanna be like”), y todo se resuelve en ese estribillo contagioso, sostenido por un motivo vocal rítmico (“da da-da-da-da”) que refuerza el pulso de la canción y convierte la repetición en una forma de rebelión. En otros temas como “Don’t Wanna Dance” también se habla del rechazo a la performance social, a la obligación de “pasarlo bien” o “encajar”.

Hay melodías en “Country Song” donde se suavizan las aristas, algo así como si se rozaran las fórmulas sonoras de Stereolab y Ladytron. También resulta interesante el corte “Smog Summer”, inspirado directamente en los incendios de Los Ángeles y en la sensación de estar atrapados en un ambiente distópico, con un verano contaminado. El cielo arde y la gente sigue fingiendo normalidad. Por último, el cierre con “Terminal” es todo un golpe maestro: una pieza abrasadora, con la voz de Diana Quandour cantando en árabe sobre una base de percusiones urbanas y sintetizadores en trance.

“Is It Now?” es, ante todo, un disco de equilibrio entre el baile y la rabia, la melancolía y la acción, la distopía y el deseo. Automático y orgánico a la vez. Glaudini, Saxon y Dompé suenan como un grupo que observa el derrumbe desde dentro. Lo habitan, lo iluminan y lo transforman en una coreografía de supervivencia. Quizá ese sea su mayor logro. Que, entre la crítica al capitalismo y la ansiedad pospandemia, todavía encuentren espacio para el respiro, para el placer de unas cuerdas que se repiten y para sintetizadores que titilan a modo de alarma vital. Aquí, que nadie se rinda. ∎

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