Amateur

Anunciaba Mikel Aguirre cuando esta primavera presentó “Impasse”, nueva entrega en largo de Amateur tras los siete años que lo separan de “Debut!”, que la selección de diez temas respondía a la voluntad de respetar la duración de un LP. También que otros cinco cortes que completaban las sesiones de estudio irían apareciendo con el paso de los meses. Y ayer, vía single digital, cristalizó el primero de ellos, “La jugada maestra”.

No se busque por lo tanto en esta individualización una distancia estilística con el resto del álbum, sino una voluntad de expandir su vida hacia otros tiempos y territorios con una nueva pieza mayor. Y en consecuencia, vuelve a sentirse aquí ese gusto por una forma de entender la música de manera orgánica, con un sonido más básico y dejando respirar ese mismo aire que marcaba el tempo de “Impasse”.

Bebe “La jugada maestra” de las fuentes del folk anglosajón, huella presente en la escritura de Aguirre desde los tiempos de La Buena Vida que en los últimos años parece haber ido adquiriendo mayor volumen. Y si “Impasse” se entreveraba con Bob Dylan y Tom Petty, aquí son CSN&Y, el “Astral Weeks” (1968) de Van Morrison y sobre todo Nick Drake –hete ahí al maestro de la jugada– quienes planean sobre una composición que coge vuelo con la entrada del piano de José Luis Lanzagorta y fluye con naturalidad a través del bajo de Carlos Subijana, el Hammond de Joserra Semperena y unas tenues percusiones de Oriol Flores antes de completar sus cinco deslumbrantes minutos con una guitarra levemente picada por la psicodelia. No abundemos en la nostalgia, la calidez y la carga evocadora por darse estas por descontadas; apuntemos, por el contrario, que la sensación que deja “La jugada maestra” es la de una pieza de orfebrería que, lejos de dejarse lastrar por el pasado, lo emplea para mirar hacia adelante, ajena la banda a la inmediatez de los tiempos y haciendo gala de ese elemento devocional que luce en su mismo nombre. Y sirva también como puerta de regreso a los escenarios: el 23 de diciembre primera etapa, cómo no, en San Sebastián. ∎