Cómic
Magius
La resonancia del libro “Señores del caos” (Feral House, 1998; Es Pop, 2013), de Michael Moynihan y Didrik Søderlind, logró un hito poco habitual: que un ensayo dedicado a un nicho musical trascendiera a un público amplio, asentándose en la memoria colectiva de la cultura popular. La crónica de los turbulentos años del movimiento black metal en Noruega durante los noventa, llena de personajes extremos y salpicada de un proto-true crime con quema de iglesias, suicidios y asesinatos, se convirtió en uno de esos libros de lectura obligada y abrió la compuerta a un aluvión de artículos, documentales y pódcast que desmenuzaban aquellos hechos salvajes y, quizá por ello, fascinantes.
La penúltima vuelta de tuerca llega desde latitudes y visiones bien alejadas del frío noruego. Magius (Diego Corbalán, Murcia, 1981) ha decidido revisitar todo lo acaecido al respecto en “Black Metal”. No es la primera vez que el autor se interesa por los protagonistas de esta historia. Ya lo hizo al comienzo de su carrera en el fanzine homónimo “Black Metal” (autoedición, 2001-2007), recopilando posteriormente algunas de esas historias en la antología “Black Metal Comix” (autoeditada bajo el sello F.O.G Cómix, 2012). Desde entonces, el dibujante ha creado una particular mitología huertano-lovecraftiana con “Murcia” (Entrecomics, 2015) y sus posteriores secuelas; se acercó al cine de gánsteres setentero con “El método Gémini” (Autsaider, 2018) y ficcionó, muy pegado a la realidad, las entretelas del poder cortesano en la capital de España con “Primavera para Madrid” (Autsaider, 2020), obra galardonada con el Premio Nacional del Cómic en 2021. Impagable la foto del autor en el acto oficial de entrega recibiendo la felicitación de unos monarcas en absoluto contentos con la obra, pero forzados a poner al mal tiempo buena cara.
Tras una obra de tal repercusión como “Primavera para Madrid”, el siguiente paso era una incógnita. El difícil día después de un trabajo que para muchos sería insuperable ha sido resuelto por el autor murciano volviendo a sus orígenes y retomando su fascinación por el black metal y su momento más sórdido. Así, en “Black Metal”, el autor ha creado un libro completamente nuevo que vuelve a recorrer los caminos que abrieron su carrera como dibujante. Como aliciente, en principio desconcertante, decide contar la historia convirtiendo a sus protagonistas en niños, aunque manteniéndose lo más cerca posible de los hechos reales del movimiento black metal en Noruega.
El desconcierto inicial ante semejante decisión es lógico. ¿Pretende el autor desmarcarse de anteriores acercamientos con este giro sorprendente? Conforme avanzan las páginas de “Black Metal” la respuesta acaba resultando evidente: más allá de la sordidez de los hechos cometidos por estos “señores del caos”, lo cierto es que sus rencillas, sus decisiones y sus maneras son, efectivamente, infantiles. Destaca, para reforzar el concepto, un dibujo en blanco y negro en el que conviven figuras con un aire de caricatura casi cuqui insertadas en fondos de gran detalle. La imaginería nórdica y la parafernalia metalera se funden y confunden para confeccionar una suerte de iconografía bastarda que supone uno de los hallazgos más interesantes de un cómic cargado de ellos. Y así, explotando el contraste y realizando una inmersión temática a la que ayuda definitivamente la cuidada edición de Autsaider, Magius hace gala de un equilibrio nada fácil, que le permite narrar de manera canónica unos hechos que ya han sido contados antes de manera profusa y, a la vez, aportar una identidad como autor que refuerza su leyenda de creador imprevisible.
