Sean Egan

Escribe Sean Egan en el prólogo que David Bowie (1947-2016) fue “el primer artista en utilizar reiteradamente el acto de la entrevista como un medio de expresión artística en sí mismo”. Y para argumentar la afirmación, en “Bowie por Bowie” (“Bowie On Bowie”, 2015; Libros Cúpula, 2020), agrupa treinta y dos encuentros celebrados entre 1969 y 2003 con diferentes medios norteamericanos y británicos, entre los que figuran desde cabeceras populares como ‘Melody Maker’, ‘New Musical Express’, ‘Rolling Stone’ o ‘Mojo’ hasta otras menos conocidas tipo ‘The Drummer’ o ‘Ikon’. En el lote también entra algún inédito, un coloquio de 1993 con Brett Anderson (Suede) o una pieza de 1996 donde Bowie cambió los roles para trasladar su cuestionario al diseñador Alexander McQueen.

Todas se presentan contextualizadas por una breve introducción ilustradora de las fases de un recorrido que, pese a volver una y otra vez sobre los episodios inevitables de su crónica –Ziggy Stardust, Berlín, el Delgado Duque Blanco, Tin Machine...–, se concreta en cada caso desde un prisma diferente y tornadizo. De ello se responsabilizan tanto un plural abanico de entrevistadores que saltan de la rendida hagiografía a la punzante hostilidad como la penetrante personalidad de un elocuente Bowie que modula con pulso su intacta necesidad de reinvención.

El protagonista casi siempre sale indemne de unos diálogos, por momentos de trama psicológica, a veces variopintos y en otras ocasiones monográficos, que desbordan el ámbito musical para transitar, sin caer en el automatismo, por temáticas vitales, filosóficas o artísticas, con el cine y la literatura en el objetivo.