En la sección Fan Art proponemos a dibujantes que elijan uno de sus discos predilectos para reinterpretar su portada. En esta ocasión, Natacha Bustos –conocida sobre todo por su trabajo para Marvel Comics– ha escogido un álbum de actualidad, “With A Hammer” (2023), de Yaeji.
Desde temprana edad, Natacha Bustos (Ibiza, 1981) sintió fascinación por el mundo del cómic y el dibujo, inspirada tanto por el apoyo incondicional de su padre (chileno) y su madre (brasileña), como por la televisión y la animación japonesa. Creció en Torremolinos, y más tarde se aventuró a estudiar en la Facultad de Bellas Artes de Granada; durante una larga etapa residió en Barcelona, capital tradicional de la cultura del cómic en España, donde trabajó en el sector de la animación. Artista inquieta, también se sumergió en la técnica al pincel con tinta durante un año en Pekín.
El debut largo de Natacha en el cómic tuvo lugar con “Chernóbil. La Zona” (2011), una novela gráfica con guion de Francisco Sánchez que abordaba las consecuencias de la catástrofe nuclear de Chernóbil. Publicada en España por Glénat y traducida a múltiples idiomas, esta obra le valió el prestigioso Prix Tournesol de Bande Dessinée en 2012. A raíz de estos trabajos en la península –otros fueron colaboraciones breves para las antologías “Tales Of The End Of The World” (Norma, 2013), “Nuevas Hazañas Bélicas” (Glénat, 2012), “PutoKrío” (De Ponent, 2014), o “Todas putas” (Dibbuks, 2014)–, dibuja “Lolita HR Tome 4” (2015, con guion de Delphine Rieu) para la editorial francesa Eidola, inicio de su incursión en el mercado internacional. En estos años, Natacha Bustos también es una de las fundadoras del webcómic colectivo “Caniculadas” (2012-2015) junto a otras dibujantes españolas.
Su talento trasciende fronteras hasta llegar a la cúspide de la industria del cómic nortamericano, colaborando con editoriales de renombre como DC y Marvel. En ellas comenzó participando en la antología “Strange Sport Stories” (DC-Vertigo, 2015); sus destrezas artísticas se plasmaron luego dibujando cómics Marvel como “Spider-Woman” (nº 10, 2015; con guion de Dennis Hopeless), “Miles Morales. Spider-Man” (nº 22, 2021; guion de Saladin Ahmed) o la mayoría de los números de la serie “Moon Girl And Devil Dinosaur” (2015-2019, con guiones de Brandon Montclare y Amy Reeder).
No es de extrañar que, en 2020, Marvel reconociera el potencial de Natacha y la eligiera ese año como una de las ocho artistas más prometedoras en su programa Stormbreakers (“The next generation of elite artists”). Desde entonces, ha dibujado numerosas portadas y consolidado su posición de joven promesa dentro de la industria del cómic norteamericano. Su colorido y dinámico estilo fusiona influencias que van desde el manga y la animación japonesa hasta el comic book estadounidense. En estos últimos años ha trabajado en la miniserie “Buffy Cazavampiros. Willow” (Boom!, 2020), y uno de los proyectos que tiene ahora entre manos es la miniserie de DC Comics “Fire & Ice: Welcome To Smallville”.
Cuando desde Rockdelux le propusimos elegir un disco para plantear una propuesta alternativa, eligió “With A Hammer” (XL-Popstock!, 2023), la puesta de largo de Yaeji, joven cantante y productora estadounidense de ascendencia surcoreana. Actualmente Natacha Bustos reside de nuevo en la costa malagueña, y ahí hablamos con ella.
¿Por qué Yaeji ?
Yo soy muy rockera realmente. Me flipa el rock sinfónico, el psicodélico y todo ese rollo de los años setenta. De joven me gustaba mucho el metal, sobre todo estos grupos más alternativos del lado del rock, el metal, heavy metal… Pero para esta propuesta quería algo diferente.
En lugar de los típicos discos de rock de grandes tótems para mí, de bandas como Love o algunos de los King Gizzard And The Lizard Wizard o de Queens Of The Stone Age, decidí optar por algo más moderno. Una cantante que descubrí hace poco y me encantó, Yaeji. Es americana de ascendencia surcoreana y lleva produciendo música electrónica desde hace unos años. “With A Hammer”, si no me equivoco, es su primer álbum largo.
¿Te sientes identificada con su propuesta artística?
Bueno, este disco es diferente. No es tanto de baile, más bien diría que es una mezcla experimental de house sin llegar a ser house como tal. Tiene una propuesta artística con concepto, con crítica social, nada de letras vacías. Lo más interesante es que combina el inglés con el coreano, eso le da un toque muy suyo, aunque no sea k-pop, que también me encanta. De hecho podría haber elegido un álbum de k-pop, pero preferí Yaeji.
¿Hay algo que no te convencía en la portada original de “With A Hammer”?
Me gusta la portada mogollón (a cargo de la propia Yaeji), tiene un rollo genial. Lo que pasa que al plantear una propuesta a mi estilo siempre busco hacer algo diferente. Claro, para qué calcar la foto cuando ya tenemos la propia fotografía, ¿verdad? Pero me parece una propuesta muy acertada y el interior del álbum también es superchulo. Tiene esa vibra de carpeta de instituto con fotos pegadas, eso es lo que me transmite.
Explícanos tu propuesta alternativa de portada. Me ha llamado la atención sobre todo la ausencia de línea de contorno, que se sale un poco de lo habitual en tu estilo.
Quería algo más alternativo para la portada. Por hacer algo más… ¿cómo te digo yo?... inspirado en las animaciones asiáticas y japonesas más experimentales. Precisamente la razón de no utilizar línea negra era para darle un rollo más fuera de lo mainstream, además de aprovechar para experimentar, porque no es mi estilo habitual y me apetecía probar algo distinto.
¿Podrías hablar sobre la selección de colores? Sin duda es una explosión de color en contraste con la portada original.
La idea detrás fue crear una sensación de evento festivo, de algo explosivo.
Tu estilo de dibujo es muy dinámico y combina influencias del manga, el cómic norteamericano y la animación japonesa. ¿Cómo lograste forjar tu estilo propio y qué elementos ves como más característicos de tu trabajo?
Pues mira, yo he mamado mucho de todo esto que dices, sobre todo en mi juventud. Y creo que a la hora de madurar estilísticamente ha salido algo que tiene muchas influencias de los cómics que he leído toda mi vida. También, claro está, del arte en general y muchísimo de la animación.
En tu novela gráfica “Chernóbil. La Zona”, abordaste un tema histórico con connotaciones sociales y políticas importantes. ¿Qué te interesó de esta temática y cómo abordaste la responsabilidad de contar una historia mediante el cómic basada en un evento real?
El cómic sobre Chernóbil fue todo un desafío. Me lo tomé como un reto porque se salía completamente de mi zona de confort. Tuve que adoptar un estilo nuevo para mí, ya que el tono del cómic lo requería. Y abordé esta responsabilidad con seriedad, claro, porque no hay muchos cómics que aborden este tema. Siendo novata, tratando este tema y siendo mi primer cómic... pues sí que sentí muchas inseguridades. Pero, bueno, ahí está.
Sobre este mismo tema, ¿has visto la miniserie de HBO? ¿Qué impresión te dejó?
Sí, sí que la he visto porque el tema me interesa, por eso mismo decidí hacer el cómic años atrás. Aunque, claro, no es lo mismo estar del lado de la creación que ser un simple espectador. La serie relata cosas bastante similares al cómic. Bueno, similares no, es que son las que son. A la gente le sorprendieron muchas cosas de la serie pero a mí, que ya había leído mucho sobre el tema, no tanto. Por ejemplo el tema del ruido. En la serie el ruido está en el ambiente y se nota que es tóxico ya solo por el sonido. Esto es algo que quisimos reflejar en el cómic y fue todo un reto, obviamente de otras formas porque no tienes “sonido” en cómic. En la serie lo hacen genial, consiguen crear una atmósfera terrorífica.
Otro aspecto interesante es que cuando hicimos el cómic sobre Chernóbil nos enfocamos más en el aspecto emocional de la historia que en los hechos en sí. La serie trata quizá más del aspecto político, lo cual también es superinteresante, da una sensación muy bestia. “Oppenheimer” (2023), de Christopher Nolan, también trata el momento histórico que relata de esa forma, más como un evento universal y colectivo que individual. Siempre es más fácil narrar hechos personales para que el lector empatice, como lo hicimos en la novela gráfica, pero esa perspectiva de “terror” universal es… Te hace replantearte que realmente no somos nadie y qué poco podemos hacer ante el gobierno o la burocracia.
Entraste en la industria de cómic francobelga con “Lolita HR” y luego diste el salto a las grandes editoriales estadounidenses. ¿Cuáles son las principales diferencias entre trabajar para el mercado europeo y el norteamericano?
Pues muchas. El sistema industrial que tiene el cómic americano es mensual, esa es la diferencia básica, estoy hablando del cómic mainstream de superhéroes. Luego están las editoriales que son más de novela gráfica, que te dan más tiempo y que pueden ser más similares a las propuestas de la bande dessinée francesa. Pero el sistema de superhéroes americanos es así, cómic mensual, es un tebeo que se tiene que hacer en un mes, en el que trabajas dentro de un equipo creativo donde tú no eres la única persona que tiene voz y voto; lo tiene el equipo, el editor, el guionista, el colorista si lo hay... Es un rollo cadena, la cadena de trabajo que les gusta tanto a los americanos.
Llevas trabajando para Marvel Comics desde 2015. ¿Cómo ha sido la experiencia de trabajar con una compañía tan emblemática?
Pues muy guay. Jamás me lo hubiese esperado; trabajar en Marvel no estaba en mis planes, ¿sabes? Pero de alguna forma todo encajó. De hecho es que ni siquiera me veía ahí pero, alentada por mis compañeros de profesión, decidí probar. Vi que podía aportar algo con mi estilo, que encajaba en algunos proyectos, especialmente con “Moon Girl and Devil Dinosaur”, en el que he estado trabajando más de cinco años, que son bastantes en una serie para lo habitual en esta industria. Creo que eso ayudó a consolidarme como artista. Ahora estoy con una miniserie para DC.
¿Alguna anécdota de estos años trabajando para Marvel?
Fue bastante curioso cuando fui a la Comic Con de Nueva York, conocer al equipo creativo de “Moon Girl And Devil Dinosaur” en persona y tratar con americanos de tú a tú. Después de tanto tiempo hablando por correo electrónico, esa era la primera vez que les ponía cara. Mis compañeros de trabajo, Amy Reeder y Brandon Montclare, vinieron con un tipo que no sabía quién era, imaginaba que sería un amigo suyo o algo. Extrañada de que no hubiese venido mi editor, Chris Robinson, les pregunté. Y resulta que ese tipo al que no le ponía cara era Chris. Había tenido delante a mi editor todo ese rato y no sabía que era él. Y en el ámbito laboral millones de errores que he tenido y que se han publicado, y ahí se quedan. Luego ves que son más comunes de lo que piensas, que les pasa a muchos autores. Tenemos unas entregas muy exigentes, hacer un cómic en un mes… a veces ni el editor termina de revisar del todo el cómic cuando ya lo ha mandado a imprenta. Con el tiempo eso te ayuda a ser más observadora.
Entre 2021 y 2022 has dibujado cómics de superhéroes como Spider-Man o Black Panther. ¿Cómo ha sido la experiencia de dibujar a estos personajes tan icónicos y cómo aportas tu estilo y enfoque personal?
Es toda una experiencia y responsabilidad cuando te toca dibujar un personaje tan emblemático. Yo siempre digo que prefiero dibujar personajes secundarios que no sean tan conocidos. Me lo paso mucho mejor inventando, creando… Estos personajes molan mucho, claro: Spider-Man, Miles Morales o Black Panther molan mogollón, pero estás acotada a todo el background que tienen ya, todos los artistas que los han dibujado antes que tú. No te digo que no haya libertad, pero sí que estás más constreñida. Aun así, puedes aportar tu propia creatividad en los nuevos universos de estos personajes. Y eso siempre es divertido.
¿Qué te han parecido las últimas dos películas del Spider-verso y las de Black Panther? Tú misma has dado vida a estos personajes en los cómics.
De las películas del Spider-verso me flipa todo, y especialmente el diseño de personajes. Además han tenido el respeto de implicar a muchos artistas racializados y afroamericanos, han hecho un trabajo brutal, son una pasada los diseños. A ver, son diseños que ya existían, pero mola cómo todos estos artistas los han reinterpretado para llevarlos a la película. El Spider-verso ha sido un fenómeno global; la gente se ha entusiasmado con este personaje, con Miles Morales y con todo este universo.
En cuanto a Black Panther, no soy superfan, la verdad. Casi prefiero dibujar algunos personajes más secundarios que al protagonista. No es un tipo de personaje que me guste demasiado porque implica el tema de la monarquía, la jerarquía y todo eso. Pero entiendo que el poder que representa Black Panther empodera mucho a la comunidad afroamericana y eso tiene un mensaje potente; por esa parte mola mucho. Eso sí, el diseño de Black Panther es muchísimo más fácil que otros, el Spider-Man de Miles Morales por ejemplo, con el traje negro y las líneas rojas, tiene esa complicación de que no sabes si hacer las líneas en otra capa o si dibujar más o menos dependiendo del zum de la escena…
¿Crees que el impacto estilístico del Spider-verso ha dejado una huella en el mundo de la animación desde que se estrenó?
Claro, por ejemplo la de las Tortugas Ninja o la segunda de “El gato con botas” tiran mucho de Spider-verso en cuanto a estilo. La verdad es que ya estábamos cansados del cine animado clásico, esta forma de involucrar tan directamente al cómic y sus registros propios en la animación ha sido toda una novedad. Al final en las películas termina siendo un recurso estético, a diferencia del uso del cómic como lenguaje, que es lo que se ve en los tebeos. Pero es curioso cómo se respeta el origen de la obra con la primera peli de Miles Morales. Usan todos los recursos propios del cómic porque al final es de donde viene. También es interesante cómo a raíz de esto también ha podido influenciar a otras series que no son de animación, como “Heartstopper” (Alice Oseman, 2022-), por ejemplo.
Tú misma trabajaste en animación.
Sí, en una empresa pequeñita en Barcelona llamada Storfisk. Hicimos fondos para la serie “Angry Birds” (Mikael Hed, Lauri Konttori, Mikko Pöllä y Chris Sadler, 2013-2016). Storfisk también creó la serie animada “Fungi” (2013) para TV3. En Storfisk trabajé como lead artist para fondos y tuve a dibujantes conocidos a mi cargo como Luis Bustos, Lorenzo Montatore, Fran Galán o Paco Sordo.
Tu trabajo en “Moon Girl And Devil Dinosaur” ha sido muy popular. ¿Qué te atrajo de este proyecto y cómo te enfrentaste al reto de crear una serie dirigida al público juvenil?
Pues me atrajo todo. La propuesta me llegó por mail con los personajes ya diseñados por Amy Reeder y me pareció superpotente. Una niña afroamericana con un dinosaurio, ¿Cómo decir que no a eso? Además, trabajar para este tipo de target, el público juvenil, es algo que se me da muy bien y disfruto mucho, así que el proceso fue muy natural y fluido. A diferencia de mi experiencia con el cómic de Chernóbil, donde me sentí algo más coartada y que no era un cómic para mí, aquí sí me sentí totalmente in.
En febrero de este año se ha estrenado como serie animada “Moon Girl And Devil Dinosaur”. ¿Qué te parece esta adaptación y ver en animación a un personaje al que has dedicado tanto tiempo y mimo?
Sabía que el proyecto de la serie se aprobó en el 2017 y que se iba a hacer en dos años, pero por la pandemia se terminó retrasando. Me hacía especial ilusión porque el productor de la serie era Laurence Fishburne, el famoso Morfeo de “Matrix”. Me ha molado mucho que hayan adaptado el estilo para que fuera más adecuado a la serie animada. La música y todo lo demás también me han encantado. Tuve la oportunidad de ir a la premier del capítulo piloto de la serie que tuvo lugar en Los Ángeles, en enero. Fue toda una experiencia, igual que visitar los estudios Disney, estar rodeada de tanta gente creativa… Conocí a Laurence Fishburne, a los animadores y al equipo de producción.
Han tratado la serie con muchísimo mimo. Ver cómo algo que comenzó como una idea en papel, con un pequeño equipo creativo, nuestro cómic, se ha convertido en un proyecto con tanta gente involucrada y que ha llegado a tanto público… impresiona un montón.
Uno de los proyectos en los que estás trabajando es la miniserie de “Fire & Ice. Welcome To Smallville”, de DC Comics.
Pues yo diría que es muy estilo slice of life, un género que se usa mucho en el manga, enfocado mucho más en el día a día que en la acción heroica. En algunas partes es casi como si estuviera dibujando una especie de sitcom, con mucho humor, con payasada tras payasada y un montón de situaciones superabsurdas. Así que me siento muy cómoda con esto porque es un género que me mola bastante. Son unos personajes muy chulos y tienen mucho fandom en internet. El fandom de DC es superserio, a diferencia del de Marvel. A estos igual les gusta un personaje pero van rotando entre unos y otros. Sin embargo, a la peña que le gusta DC o personajes en concreto de ahí, les gusta a muerte. Me flipa que haya fans de dos personajes secundarios como Fire & Ice, que salieron en “Justice League” hace mil años.
Y volviendo a “Fire & Ice. Welcome To Smallville”, a ver cómo lo recibe la peña, creo que no se van a esperar que sea tan cómica. Hay mucho humor, hay muchos gatos y un tío en una silla de ruedas, no puedo decir mucho más. A mí me hace gracia hasta dibujarlo, así que creo que por ahí va a tirar bien. A Joanne Starer, guionista de esta miniserie, le mola mucho tratar temas así con un humor muy surrealista.
Teniendo en cuenta todos los proyectos que has ido realizando, ¿hay algún personaje o historia en particular que te gustaría abordar en el futuro?
Me gustaría hacer una historia de creación propia, ya sea completamente mía o a la par con un guionista, pero en la que yo aporte ideas. Me encantaría hacer algo así para un público juvenil y con un tono más de novela gráfica.
¿Dónde te ves en el panorama del cómic actual?
Pues no sé, ¿dónde me veo, dónde me veis? No sé, esto es un trabajo de freelance, así que cada año es diferente. He estado con Marvel muchos años, ahora estoy empezando una nueva etapa con DC y a ver el año que viene si sigo con ellos o estaré haciendo otra cosa. No lo sé. Sea donde sea, espero estar dibujando.
Cita, según tu criterio, tres obras maestras del cómic y de la música que creas que perdurarán en el tiempo.
“The White Album” (1968), de los Beatles, creo que es uno de los fundamentales de la historia de la música, seguido por “Nevermind” (1991), de Nirvana, que es de mis discos favoritos, y “Forever Changes” (1967), de Love. Love son muy buenos y muchas de sus canciones son usadas en soundtracks. Es un grupo que de alguna forma siempre viene a mí, igual dejo de escucharlo y de repente me sale una canción de ellos en una serie que estoy viendo o en un podcast.
De cómics, sin duda “Berserk” (1989-2021), de Kentaro Miura. También “Agujero negro” (1995-2005), de Charles Burns, y la saga de Typhoid Mary en el “Daredevil” (1988-1989), de Ann Nocenti y John Romita Jr.
¿Qué otro tipo de música te inspira?
Dibujando escucho música a veces y me dejo llevar por las recomendaciones de Spotify que pilla de mis listas, así voy conociendo grupos que no conocía. Me encanta el metal, el heavy metal y también la música electrónica. Además de esos tres álbumes que he mencionado, también me molan mucho el hip hop y los Beastie Boys, que es una de mis bandas favoritas... entre muchos otros músicos. Por ejemplo, siento que Kendrick Lamar es muy talentoso. Lo que más me gusta es cómo hace un tipo de hip hop superexperimental donde consigue integrar conceptos en sus conciertos y contenido audiovisual. Es genial ver todo lo que crea a partir de su música y su forma de rapear. En fin, escucho de todo menos reguetón (se ríe). Últimamente me pongo a The Pretty Things, The Yardbirds, Violent Femmes, Fabrizio De André, Seu Jorge, Talking Heads, Damon Albarn, Soulwax, Temples… ∎