Kraftwerk

Durante su época más activa y artesanal, Kraftwerk apenas sintieron el impulso de retocar las mezclas finales que concienzudamente obtenían de sus temas. Cargados de razón, los consideraban productos enteramente acabados. Pero los tiempos cambiaron y su propia sequía creativa los llevó a probar suerte finalmente en el fértil terreno de la recreación dance con “The Mix” (1991). Pues bien, cuando ya casi nadie esperaba nada nuevo de ellos, ni siquiera una palabrita cariñosa hacia Florian Schneider, su viejo compañero fallecido durante el pasado mes de abril de 2020, aparece este álbum digital, bastante generoso en duración, fluido e indiscutiblemente gozoso “Remixes”.

Pero no esperen grandes sorpresas. En realidad, no esperen apenas ninguna si ya disponen de los escasos maxis publicados a partir de aquellos iniciales años noventa. Clásicos de su repertorio, en sus nuevos avatares, como “Radioactivity”, “Die Roboter” (aquí “Robotnik” y “Robotronik”) y “Music Non Stop” (ahora “Non Stop”), o los ulteriores “Expo 2000” y “Aéro Dynamik” –faltan el parcialmente contemporáneo “Tour de France”, al igual que las versiones edit de todos los cortes–, conforman lo “nuevo” de Kraftwerk. Temas revisados a la sazón por los mismos teutones bajo la marca Kling Klang y por lumbreras de temporada como ORBITAL, UNDERGROUND RESISTANCE, el recurrente FRANÇOIS KEVORKIAN, HOT CHIP, WILLIAM ORBIT o un DJ ROLANDO que animaba el baile alemán con sus irresistibles meneos latinos.

A pesar de la nueva savia contratada, la horquilla temporal de “Remixes”, que abarca casi veinte diez años entre “Non Stop”, seguramente el corte más elusivo de la colección, y la dolomítica “La forme”, no logra disimular la escasa evolución de una propuesta artística demasiado tiempo centrada en el diseño audiovisual y no en el desarrollo de nuevos conceptos con sus correspondientes melodías, dinámica que persiste hasta la actualidad. Aun así, cuesta mucho creer que exista solo lo que se nos muestra tan a cuentagotas de un proyecto veterano que, en realidad, ya nada tiene que demostrar. ∎