Steve Gunn


Si el año pasado ya formó tándem con Cass McCombs para, entre otras cosas, regalarnos la maravillosa “Sweet Lucy”, Steve Gunn se ha propuesto ahora que los días grises lo sean un poco menos gracias al delicioso “Other You”, once canciones extraídas de la cantera del mejor y más apacible folk-rock y otras tantas razones para seguir confiando a ciegas en el norteamericano. Escudero en directo de Kurt Vile y sospechoso habitual de tipos como Hiss Golden Messenger y Ryley Walker, Gunn se lo toma con calma y, sin prisa ni movimientos bruscos, va desovillando su sexto álbum en solitario entre destellos de americana apacible y pellizcos de guitarra que podría haber firmado Nels Cline.

En el menú, elegantes relecturas de los hallazgos de Nick Drake y Gram Parsons, una pizca de country cósmico y unas gotas de rock progresivo de la escuela Mercury Rev. Un cóctel balsámico con el que, cosas de la pandemia o del signo de los tiempos, Gunn aplaca los ardores de “The Unseen In Between” (2019), su anterior trabajo, y se arrima a una canción de autor melancólica y vaporosa; una suerte de folk con pedigrí, guitarras lacerantes y voces multiplicadas.

Arropado por colaboradoras con solera como Bridget St. John, Julianna Barwick y Mary Lattimore, Gunn consigue un equilibrio casi perfecto en la tradición británica de ecos pastorales, con “Good Win” y “Other You” a la cabeza, y el soleado lamento del folk de la Costa Oeste de “Fulton” y “On The Way”. Un cruce de caminos salpicado de pequeños desvíos hacia el jazz, el indie y la experimentación sin adulterar (“Sugar Kiss” y “Ever Feel That Way” cierran el disco entre drones, crescendos instrumentales y arpegios fantasmales) en el que Gunn parece haber encontrado definitivamente su voz después de años volcando su buen hacer en proyectos ajenos.

Ahí queda, sin ir más lejos, la retorcida y deliciosa “Protection”, lo más parecido a un hit en un disco en el que el talento, más que concentrarse en unos pocos temas, se expande y desparrama para llegar hasta el último rincón. ∎