Disco destacado

Yard Act

The OverloadZen FC-Island-Universal, 2022

Pocas veces tan poca música ha generado tanta expectación. Antes de entregar “The Overload”, Yard Act solo habían publicado trece minutos de música: los cuatro singles reunidos en el EP “Dark Days” (2021), con “Fixer Upper” como ejemplo más brillante de su capacidad para revitalizar el post-punk de los 80 y, de paso, (algo parecido a) la canción protesta, un tanto olvidada últimamente en la órbita de guitarras.

De los nuevos cachorros post-punk/spoken word, los de James Smith (Post War Glamour Girls) parecen los mejor preparados para alcanzar el éxito comercial. Lo insinuaban aquellos pocos minutos de 2021 y lo confirman los 37 de “The Overload”, que por su dinamismo e ingenio parecen 18,5. Hablamos de un disco irrefrenable, sorprendentemente bailongo, con estribillos coreables de primer orden; casi se diría que la referencia principal de Yard Act son los Blur de “Parklife” (1994) o los primeros Kaiser Chiefs antes que los inevitablemente sacados a colación The Fall.

Como todos los grupos mencionados, Yard Act bailan y gritan para (tratar de) quitarse la ansiedad o provocar una que, al menos, resulte positiva. Aquí esa ansiedad es producto del clima social y cultural de la Inglaterra pos-Brexit (que es un poco el mismo de cualquier país afectado por la posverdad, incluyendo el nuestro): polarizaciones insalvables; resistencia al diálogo y al matiz; genuflexión ante los que pueden no tener razón, pero saben hacer tuits en los que suenan seguros; eslóganes absurdos desde la derecha y también la izquierda, etcétera, etcétera, etcétera. El horror de cada día explicado con divertida desesperación.

En una recomendable disección corte-por-corte en ‘Consequence Of Sound’, el propio Smith hablaba de “The Overload” como “disco de concepto anticapitalista”, pero es algo más que eso: es antidemagogia, antirracismo, antirruido… En contra del ruido que hacemos, por ejemplo, al hablar alto sin escuchar al de al lado, como ocurre en las conversaciones cruzadas de la inicial “The Overload”. Ese tema parece presentar al listillo Graham (rescatado de “Fixer Upper”) como antihéroe de la función, pero después cuesta más encontrar un hilo y el protagonismo parece repartirse entre personajes mayormente atrapados en la insensata máquina del presente.

Entre bofetones bailables al nuevo aislacionismo inglés (“Dead Horse”, muy Happy Mondays, pero todavía más Cake), lamentos felices sobre la cultura capitalista (“Payday” y la más taciturna secuela “Rich”, quizá la que mejor justifica comparaciones con The Fall), retratos de hombres trastornados por su vulnerabilidad en el nuevo orden social (“The Incident”) o reflexiones hedonistas sobre liderazgos indefendibles (“Land Of The Blind”), Yard Act construyen un monumento al sentido común que invita, a la vez, a perder el control. Según la final “100% Endurance”, el mundo no se acaba, seguiremos aquí. Pero ¿y si pudiéramos seguir mejor? “The Overload” es una vibrante llamada de atención. ∎

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