Childish Gambino

A sus 34 años, Donald Glover se ha desmarcado como uno de los talentos más versátiles del momento. Si con la serie “Atlanta”, donde ejerce de actor, productor, guionista y showrunner, demostró su talante renacentista, en su faceta musical, bajo el alias de Childish Gambino, sigue haciendo esfuerzos para equipararse con los mejores. El último paso lo da con este sustancioso videoclip.

Aliado con Hiro Murai (director de “Atlanta” y reputado director de clips), Glover lanza una acerada crítica al sistema estadounidense mediante un artefacto impactante, visceral y sorprendente. Un brutal choque de contrastes encarrilado a través de largas secuencias que acontecen en un gran hangar. Allí se desarrolla la peculiar coreografía diseñada por Sherrie Silver y ejecutada por el propio músico con la ayuda puntual de algunos bailarines mientras en el fondo se desarrollan un conjunto de situaciones violentas con un encaje obvio en la actualidad norteamericana.

De hecho, “This Is America” se lee como una bofetada ensordecedora a la cultura de la violencia en los Estados Unidos, pero también esgrime una reflexión sobre el racismo endémico y la experiencia de ser negro en ese contexto (uno de los discursos troncales de la serie creada por Donald Glover), así como la parte de responsabilidad de la comunidad afroamericana. Porque Gambino no solo carga la crítica contra el sistema, sino que en determinados fragmentos comparte la culpa con la sociedad. Una idea que plantea mediante este juego de dos realidades: en un primer plano, las coreografías de corte clásico e inocente, con caras sonrientes y música góspel, la que representaría esa industria del entretenimiento que mantiene a la gente distraída y alejada del foco caliente en las calles, ese que en el clip acontece en un segundo plano o alrededor de los movimientos del músico norteamericano, y que alude a la segunda realidad.

No solo la puesta en escena refuerza el punzante mensaje: hay una serie de referencias a la cultura negra y a su representación que son codificadas a través de los gestos corporales, las muecas y las expresiones de Gambino (empieza con una imitación de Jim Crow, personaje de vodevil del siglo XIX utilizado como estereotipo peyorativo para referirse a los ciudadanos de color). Por no mencionar el tiroteo a un coro góspel que remite directamente a la tristemente célebre matanza de Charleston o esa estampa tan habitual en la que se observa a unos jóvenes grabando todo el tumulto violento con sus smartphones.