Entre la lista de objetos prohibidos en Primavera Sound, este año aparecía por primera vez el lightstick. Se trata de esas lamparitas de mano –con diferentes diseños para cada grupo– con que los fans del k-pop iluminan los conciertos. Es decir, la institucionalización de los mecheros de toda la vida. El veto no detuvo a quienes esperaban a Dreamcatcher, primera banda del género en pisar un escenario del festival: los construyeron en cartón y se hicieron notar. En el debut de estas siete surcoreanas hubo de todo. Por ejemplo, coreografías de girl group a ritmo de dobles bombos y guitarras que pertenecen más al metal que al pop. Porque una de las vetas más interesantes del pop surcoreano, en general, es precisamente la de las mezclas que parecen imposibles pero que terminan resultando. Una saokización constante. Basta con escarbar un poco para encontrar joyas como esta banda. Un consejo para los incrédulos o prejuiciosos: no hay nada de homogéneo en las producciones de ese rincón del mundo. Una tarde con pogos, mucha conversación en coreano, inglés y algo de español y, sobre todo, uno de los shows más divertidos de toda la jornada. ¿Otro consejo? Agrega “Scream” a tu lista de canciones favoritas. Javiera Tapia