bar italia y su maravillosa dejadez. Foto: Sergio Morales
bar italia y su maravillosa dejadez. Foto: Sergio Morales

Festival

Primavera en la Ciudad (6 de junio): contrastes

Tecno-pop chochi y rock de avanzada. Salas abarrotadas o casi vacías. Mayoría de artistas jóvenes y algún sabor del mes. Enjundia e inconsistencia. Ritmos urbanos y guitarras eléctricas. Dentro del Primavera Sound Madrid, el segundo asalto de Primavera en la Ciudad –en el que también actuaron Karate, St. Vincent y Julia Holter, entre otros muchos– basculó entre distintos extremos.

Amaia Miranda

Para Amaia Miranda la guitarra es una extensión de su propio cuerpo. Quién diría que su vínculo es de amor-odio, pues con la delicadeza y la precisión con que toca parece imposible que le guarde un mínimo de rencor: la enseñanza reglada no ha hecho mella ni en su paciencia ni en sus facultades imaginativas, porque su serie “OUTPUTS” será tradicional dentro de su campo, pero también es de las propuestas más interesantes vistas anoche en la sala Changó. Quizá por lo arriesgado, además de por la fuerte contraprogramación, la cantautora vasca dio un concierto para una quincena de personas. Suponemos que para la gran mayoría suele ser más difícil enfrentarse a una sala vacía que a un público abarrotado, y la guitarrista, además, tuvo la valentía de pedir colaboración de la audiencia en tres ocasiones. Marta España

Amaia Miranda: delicada precisión. Foto: Alfredo Arias
Amaia Miranda: delicada precisión. Foto: Alfredo Arias

bar italia

Su salto a una discográfica de renombre como Matador los ha puesto en el mapa de las bandas del momento, sellado con un disco tan equilibrado y clarividente como “Tracey Denim” (2023), álbum de la semana hace nada en Rockdelux. Y eso se nota en una abarrotada sala El Sol de caras expectantes. Trío en esencia, se convierte en quinteto con un batería y una bajista, mientras Nina Cristante, Jezmi Tarik y Sam Fenton toman la delantera y llevan el peso de guitarras y voces, porque los tres se simultanean, incluso sin cambiar de tema, como es el caso de “Punkt”, probablemente una de las canciones del año. Se simultanean, digo, y se complementan: ellos a medio camino de algo parecido a una desidia intencionada del uno y una calculada vehemencia del otro. En el medio, ella, esta Nina hiper-cool que interpone su voz aniñada y perversa a partes iguales, mientras se mueve con estilo y delicadeza, heredera de criaturas nacidas para encandilar, como, tómese de ejemplo, Hope Sandoval. Todas las canciones son breves a conciencia, a medio desarrollar si se quiere, todas disparan suavemente al principio en un idilio de descarnado post-punk arty que empapa poco a poco, como quien no quiere la cosa. bar italia no es un hype, sino la conjunción de tres elementos que a su manera pueden marcar tendencia. Javier Corral “Jerry”

bar italia: Nina Cristante, magnética. Foto: Sergio Morales
bar italia: Nina Cristante, magnética. Foto: Sergio Morales

Crack Cloud

La cualidad multidisciplinar del colectivo liderado por Zach Choy va intrínsecamente ligada a su no especialización. Así, bajo los focos de Changó, los canadienses dieron un concierto amable para cualquier amante del neobritpop, aunque algo malparado por la propia sonorización de la sala: la información que brindaban el saxofón y la guitarra secundaria era meramente visual excepto en los momentos de solo, donde podían mostrar su virtuosismo como individuos dentro de un conjunto. Su colocación sobre el escenario, además, fue estéticamente impecable. Marta España

Crack Cloud: avant-pop con problemas. Foto: Alfredo Arias
Crack Cloud: avant-pop con problemas. Foto: Alfredo Arias

Hickeys

Facturan Hickeys una modalidad de aplicado post-punk muy en consonancia con su tiempo, que defienden con pasión y arrojo, tanto cuando se desfogan como cuando se ralentizan. Basan sus cuarenta minutos ante un centenar de asistentes en la sala El Sol en su único álbum “Fragile Structure” (2022), a la vez que añaden algunos inéditos y una especie de interludio a capela con la bajista y la batería como solistas, que presentan como “Deseo”, solo apto para pequeños recintos. Las cuatro cantan y se muestran felices de estar y de ser. Y no es porque en su corta trayectoria no hayan pasado ya por unos cuantos festivales de renombre. Ah, y ya no abren sus bolos con una versión de The Brian Jonestown Massacre. Lo que se dice una banda promesa. Javier Corral “Jerry”

Hickeys: post-punk aplicado. Foto: Sergio Morales
Hickeys: post-punk aplicado. Foto: Sergio Morales

LVL1

Secundada por un DJ poco sutil en las transiciones, la algecireña cerró la noche en Clamores sin apearse de esa sonrisa franca que la acompaña cuando canta o rapea, pese al escasísimo público asistente. Escuchamos bombos duros y cajas secas, voces de helio, patrones trance, paradiñas hyperpop, algo de house con acento electro y bastante mákina total. A ratos nos acordamos de Shamir y otras veces de las catedrales del techno. Disfrutamos con su desparpajo en temas como “DERR1TETE” o cuando su amiga Rakky Ripper compartió tablas a la altura de “LVCKY”. Y la parroquia terminó dándolo todo –ojo, al filo de la medianoche– con hits tan divertidos como “K1EN” y “FVN!”. César Luquero

LVL1: globo techno. Foto: Alfredo Arias
LVL1: globo techno. Foto: Alfredo Arias

Maud The Moth

La superdotada cantante y pianista Amaya López-Carromero izó el telón de Clamores ante quince pares de ojos. Asumiendo que parte de su material discográfico no se defiende así como así, Maud The Moth tiró de recursos digitales y loops para multiplicarse frente a micro y teclado, bordando una interpretación de amplísima tesitura que en la primera mitad del concierto se antojó pelín gélida, aunque no tanto como el glacial ambiente provisto por un sistema de aire acondicionado fuera de sí. Después cambió el tercio con “Fiat lux”, exhibiendo un abrumador muestrario de agudos con garantía de acúfeno. Cuando exploró en la zona tersa de sus cuerdas vocales, más cerca del pop que del doom sacro, más cantautora que reina del drone pianístico, más Tori que Diamanda, tocó fibras cuyo tacto nos parecía hasta entonces proscrito, cerrando su hipnótico turno en dicho registro vía “Empires”. César Luquero

Maud The Moth, multiplicación de efectos. Foto: Alfredo Arias
Maud The Moth, multiplicación de efectos. Foto: Alfredo Arias

Rocío Saiz

La cantante y actriz madrileña compareció en Clamores flanqueada por Ana Villa en la batería y Mané López a la guitarra, teclados y programaciones. Con ella vinieron unos veinte colegas embutidos en camisetas de la heroína local, y entre todos montaron una fiestuqui tecno-pop casi privada –se dirigía al coro de rociers usando nombres de pila y cuando preguntó cuántos habían comprado entrada solo asintió una persona– en la que sonaron “La juventud”, “El hartazgo del mundo” –enter FUTURACHICAPOP– o “Si mañana me muero te habré dicho que te quiero”. Demasiado chascarrillo, en cualquier caso: cuando Saiz abortó el inicio de uno de los temas previos al desopilante bis para articular su enésimo parlamento, hasta los fans protestaron. César Luquero

Rocío Saiz, entre amigos. Foto: Alfredo Arias
Rocío Saiz, entre amigos. Foto: Alfredo Arias

Wu-Lu

Wu-Lu sumerge en un estado de trance intermitente. Es Ty Segall menos caótico o Explosions In The Sky con un halo más misterioso. Ciertamente, lo del inglés está más cerca del post-rock –con la timidez y la introversión propios del género–, al que se añade algún resquicio de punk. Quizá los códigos que manejan en conjunto –en directo son un cuarteto– les hacen canalizar dicha timidez en algo de frialdad, o quizá sea por interpretar unas composiciones eminentemente normativas, pero en cualquier caso experimentar no es un requisito para saber defenderse sobre un escenario. El momento álgido por contraste sucedió con la puesta en escena de “Ten” y “Blame”, penúltimas del show en la sala Changó, sin instrumentos armónicos y con el único acompañamiento de la batería. ¿Hip hop? No diría tanto, pero sacó del trance a la mayoría. Marta España

Wu-Lu: timidez post-rock. Foto: Alfredo Arias
Wu-Lu: timidez post-rock. Foto: Alfredo Arias
Etiquetas
Compartir

Contenidos relacionados