Biznaga

Jorge Navarro, bajista y letrista de Biznaga, escribía en la red social X un día antes del 7 de junio, fecha del lanzamiento de “El entusiasmo”, que esta es probablemente la mejor letra que ha escrito hasta ahora. A quienes lo seguimos en redes y consideramos al cuarteto como uno de los grupos más interesantes del rock de la última década en nuestro país, el comentario nos ha llevado directa e irremediablemente a escuchar con especial interés y atención.

Los primeros versos dicen “Cuando el desencanto es tradición, el entusiasmo es una disidencia”, y de algún modo estas palabras me llevan directamente a “Política del rebelde. Tratado de resistencia e insumisión” (1997), el libro del filósofo francés Michel Onfray donde habla de “la deliberada y rabiosa voluntad de continuar”. Antes que él, el también francés Jean-Luc Nancy, a través del llamado “pensamiento finito”, ya habló de “reafirmar la llama de la filosofía, de recuperar la fuerza y la dignidad del pensamiento en una época de desfallecimiento”. Y de ideas como estas, que en realidad son conceptos socráticos, va “El entusiasmo”. En otras palabras, habla de plantar cara al desaliento, de responder con amor a los embistes de la vida, de no conformarse con lo que hay. De tener fortaleza y compromiso.

La canción arranca con un bajo en primer plano que cuando se combina con un colchón de sintetizador lleva a pensar en The Cure. Pero tan pronto como las guitarras ganan protagonismo e irrumpe la voz de Álvaro García, guitarra y cantante, la canción se impregna de la poderosa energía electrizante que caracteriza al grupo madrileño.

El clímax llega con unos versos finales tan lorquianos como “El entusiasmo nos atraviesa con su cuchillo de primavera” que, en medio de un latigazo final de intensidad y furia, terminan de aunar filosofía, poesía y punk. Es un estupendo primer adelanto del que será el nuevo disco de Biznaga, que editará en algún momento de los próximos meses el sello Montgrí. ∎