Canción del día

Julien Baker & Torres

Sylvia2025
Mackenzie Ruth Scott y Julien Baker. Foto: Ebru Yildiz
Mackenzie Ruth Scott y Julien Baker. Foto: Ebru Yildiz

Vi a Julien Baker salir casi a la carrera del escenario y atizarse un tequila. Fue lo primero que hizo tras concluir el bolo. Estaba contenta, pero necesitaba evadirse. De sus demonios, de sus inseguridades, de lo que fuera. Fue en Valencia, hace poco menos de tres años. En ese punto de la noche en el que otros se dejan agasajar. Ella quería estar sola. Un rato, al menos. Esta canción también trata sobre una huida. Aunque quizá algo distinta a aquella: la inevitable separación –física, que no mental– de un ser querido. Y la formula a dúo con Mackenzie Ruth Scott, conocida en el mundo de la música como Torres. Todos huimos de algo, en el fondo.

Guitarras acústicas, una pedal steel guitar y unas sencillas y bonitas armonías vocales bastan para avivar el apetito ante lo que será “Send A Prayer My Way”, el primer álbum –se va publicar el 18 de abril– de lo que ya se conoce como Julien Baker & Torres. Un nuevo dúo que añadir a una larga saga de alianzas country que, tradicionalmente, se ha cifrado en torno a parejas mixtas (Dolly Parton y Porter Wagoner, Randy Travis y Carrie Underwood, George Jones y Tammy Wynette), aunque en terreno de tríos la cosa sea otro cantar: ahí estuvieron las fabulosas case/lang/veirs recogiendo el testigo del Trio (con mayúscula inicial) que formaron Dolly Parton, Linda Rondstat y Emmylou Harris.

En cualquier caso, el country que pregonan Baker y Torres en esta concisa “Sylvia” –y en su precedente, “Sugar In The Tank”– es otra cosa. Es country del siglo XXI. No tanto en las formas como en el fondo. Porque hablan de distintos modos de vivir y de amar, del derecho a manejarse en la diferencia, de la necesidad de realizarse lejos del corsé de lo estrictamente normativo. Su alianza empezó a gestarse tras un concierto juntas en el Lincoln Hall de Chicago, un frío 15 de enero de 2016. Fue la primera vez que se plantearon grabar un álbum a medias. Como cualquier empeño fraguado a fuego lento, debería convencer a la primera. No es un capricho. Veremos. ∎

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