A comienzos de este año, los incendios forestales de California destruyeron la casa familiar de Empress Of. La hondureña-americana afincada en Los Ángeles se alejó del mundo del espectáculo para refugiarse en sus seres queridos, e incluso hubo una campaña en Gofundme para ayudar a la reconstrucción de su hogar. Sin dar muchas más señales de movimiento este año, en mayo se anunciaba su presencia en el UltraSound World Tour de Lorde: hasta el próximo 22 de octubre, Lorely Rodriguez estará abriendo parte de los conciertos de la neozelandesa, que suman un total de nueve fechas. Para estos, además, trae una canción nueva bajo el brazo.
“Blasting Through The Speakers”, aunque todavía no se sabe demasiado, parece que será el primer adelanto de su próximo trabajo: Rodriguez ha reaparecido este mes de octubre con una comunicación que solo remite a que “empieza una nueva era”. Los acontecimientos de este año provocaron en la artista un gran bloqueo creativo y, quizá por ello, su nuevo capítulo se orienta a un plano puramente terrenal. Así, la canción, construida sobre una base de dance, bebe tanto del house-pop como de las nuevas texturas de glitch líquidas que marcan la nueva estética de la música de baile. Con un ritmo hipnótico, protagonizado por unos hats hiperfiltrados, el tema llega como una confesión corporal: un intento de reconectar con la energía que mueve las cosas. “I wanna feel music, blasting through the speakers”, canta Rodriguez sobre capas de sintetizadores que simulan la vibración física de un club.
Coproducido junto a Mike Sabath, el tema mantiene la sofisticación técnica que siempre ha caracterizado a la artista (esa producción limpia, cristalina, donde cada frecuencia parece cuidadosamente colocada), pero respira una libertad distinta, menos cerebral. Si en “For Your Consideration” (2024; su último lanzamiento) exploraba un ritmo insaciable y sensual dentro del electropop, este nuevo single parece avanzar un paso más allá. En lugar de construir un pop más emocional, Empress Of empieza a tratar la música electrónica como un espacio con significado en sí mismo: no hay aquí ningún objeto lírico que acuda a un plano emocional, sino que lo que importa es el propio sonido. Rodríguez canta que solo a todo volumen puede ser ella misma y, así, su nueva era parece que conectará mente, cuerpo y máquina: sin aspavientos, solo un gran bombo a negras como base del ritual. ∎