¿Y en qué se basan los mencionados tarados para afirmar categóricamente que la nueva “Superman” es woke? Pues en algo tan sencillo como que, de repente, James Gunn ha decidido olvidarse un poco de las últimas derivas del personaje en un cine cada vez más obsesionado con su lado oscuro y con demostrar que toda gesta superheroica tiene su reverso negativo. En este nuevo filme, Superman vuelve a ser un personaje positivo más enfocado en ayudar a los demás que en psicoanalizarse a sí mismo para enfrentarse a sus propios fantasmas… Y por ahí no pasan los fachitas: ¿cómo?, ¿un superhéroe que ayuda a los más desvalidos?, ¿¡qué es esta mierda woke que nos están intentando colar los maricones de Hollywood con su agenda de adoctrinamiento para convertir a nuestros hijos en niñes trans!?
Lo más divertido de esta pataleta, sin embargo, es que pensar que Superman se ha vuelto woke es algo tan estúpido como sospechar que Jesucristo se ha vuelto woke. Porque, cariñas, una cosa está clara: Superman no se ha vuelto woke, Superman siempre ha sido woke. Y a mucha honra. Así lo atestiguan las múltiples pruebas que las redes se han afanado en aportar, tal y como ocurre con una de las primeras viñetas del superhéroe que ya lo definía como “campeón de los oprimidos, la maravilla física que ha jurado dedicar su existencia a ayudar a los más necesitados”. O este otro anuncio de 1949 en el que Superman recuerda a los niños que “vuestra escuela, como nuestro país, está formado por americanos de diferentes razas, religiones y orígenes nacionales, así que, si escucháis a alguien insultar a un compañero por su religión, raza u origen nacional, no esperéis: decidles que ese tipo de charla es antiamericana”.
También se ha recuperado este fragmento de “Smallville” que pone el dedo en una llaga que duele a muchos yanquis que siempre han visto a Superman como símbolo de su propia superioridad como nación: el irrefutable hecho de que el kryptoniano es, fundamentalmente, un inmigrante. Un inmigrante que, de hecho, no ha tenido nunca ningún problema a la hora de patear el culo de escoria yanqui diversa como, por ejemplo, el KKK. Así que, tal y como recuerda la memesfera, repetimos: Superman siempre ha sido woke.
Eso no quita que la nación de tarados habituales que ya decidieron que “Star Wars”, “Star Trek” e incluso Rage Against the Machine se han vuelto woke se haya dedicado a repetir en redes lo de “superman has gone woke” como una panda de monos descerebrados controlados por un ordenador maligno. Probablemente, controlados por MechaHitler / Grok. ¿Y cómo ha reaccionado la peña? Con la actitud que se resume en este bluit: “Voy a radicalizar a mi hijo llevándole a ver al Superman woke”. O dicho de otra forma: ocupando las salas con ilusión y atestiguando que, precisamente por su jodido wokeness, “Superman” es una peli gloriosa.
En definitiva, este entuerto superheroico no puede definirse mejor que con las siguientes palabras: “No es que Superman se haya vuelto woke, es que el mundo ha cambiado y, ahora, la justicia y un mañana mejor suenan radicales. A lo mejor el problema no es la capa. A lo mejor el problema es darse cuenta darse cuenta de que, en un mundo justo, tú serías Lex Luthor y no Clark Kent”. Un argumento elocuente que se ha venido a sumar a collejazos como el de esta tira de ‘The New Yorker’ o la decisión de algunos usuarios de hacer justicia histórica readaptando los viejos cómics a los nuevos tiempos. Porque, al final de todo, esta polémica puede resumirse en que, obviamente, “Trump hates Superman”. Aunque se resume mejor todavía con esta pieza gráfica que viene a decir que “Superman no se ha vuelto woke, tú te has convertido en un pedazo de mierda”.
La que no necesita que le paguen en Cameo para insultar a absolutamente todo el mundo es Nicki Minaj. Así lo prueba su larga lista de beefs con otras artistas que alguien se ha dedicado a recopilar en este bluit: Megan Thee Stallion, Cardi B, Doja Cat, Latto, Iggy Azalea, Lil Kim, Remy Ma, Queen Latifah, Missy Elliott, Asian Doll, City Girls y, en los últimos tiempos, también Beyoncé, Doechii y la que nos ocupa aquí y ahora, que no es otra que SZA. En los últimos días, y sin venir para nada a cuento, Minaj ha decidido sacar la artillería pesada contra SZA en tuits tan burros como este…
“Espera, ¿SZA cree que tiene más éxito que yo?”, abre fuego Nicki. Y luego se desliza pendiente abajo con declaraciones tan incendiarias como “Si todas las canciones que has hecho se desvanecieran ahora mismo, la industria musical no te echaría de menos”, “He estado en países en los que no te conocían. No eres TAN estúpida, ¿verdad?” o “Puta, ¿qué has hecho tú además de yodel con autotune que necesita ser retuneado? Boo, yo soy un icono. Tú no lo eres”. Con todo su papo.
Así que lo más probable es que te hayas despertado cualquier mañana de estas con los mensajes desquiciados de Nicki Minaj, que no se acabaron ahí y siguieron con barrabasadas como “Eres gorda y delgada a la vez. Puta, ¿dónde están los 30 millones de escuchas que desaparecieron en Spotify como tus pecas falsas?”, “Suenas como un jodido perro muerto” o “Luces y suenas como si te hubiera picado una avispa”. Y, cuando a la pobre SZA le dio por responder y echarle la culpa a Mercurio Retrógrado, la otra zanjaba la conversación con un tajante “Cállate, fea”.
Pero, oye, hay que reconocer que Nicki toda cucú porque SZA ha metido en la conversación a Mercurio Retrógrado tiene su gracia. Con lo que no contaba Minaj, sin embargo, era con que los fans de su contrincante se organizaran como Los Vengadores y salieran en su defensa… Por mucho que a mí, lo reconozco, todo esto me dé un poco igual porque yo lo que le explicaré a mis nietos es que estas dos eran Nicki Minaj y SZA antes de pelearse. ∎