James Blake

El pasado 26 de enero James Blake publicó “If The Car Beside You Moves Ahead”, su primer tema desde la salida de “The Colour In Anything” en 2016. El compañero de viaje seleccionado es este estilizado clip de Alexander Brown que realza las formas elegantes y el poder hipnótico de la música que acompaña.

El británico adorna su vuelta a los titulares con la luminosa estela que desprende el bólido pilotado por Alexander Brown. Un trabajo puramente estético que sigue al propio James Blake –siempre fuera de foco y sin iluminar– conduciendo su “coche fantástico” por calles, túneles, autopistas y otros parajes metropolitanos. Un trayecto nocturno de virtud plástica apoyado en las texturas, los brillos y los contrastes. Una sinfonía urbana compuesta por formas y luces de acople simétrico con los ritmos sincopados y la distorsión vocal de la canción. Las gotas en el parabrisas, los destellos lumínicos en la carrocería, los desenfoques, los planos a contraluz, las líneas convergentes y divergentes del vehículo con su entorno suman en la composición de esta pieza que puede fijarse como un reverso urbano y terrenal del pasaje interplanetario y lisérgico de “2001: Una odisea en el espacio” (Stanley Kubrick, 1968).

Aunque su carcasa remite con mayor claridad a toda esa filmografía arraigada en el subconsciente del cinéfilo gracias a una fotografía afinada por los reflejos de neón sobre carrocerías y parabrisas: desde ejemplos recientes como “Drive” (Nicolas Winding Refn, 2011) hasta la tantas veces recurrida obra de Michael Chapman para “Taxi Driver” (Martin Scorsese, 1976) o el maestro de la iluminación Ping Bing Lee en “Adiós sur, adiós” (Hou Hsiao-Hsien, 1997). O, sin salir del terreno del videoclip, el reciente trabajo de Pedro Pires para el “Broken” de Patrick Watson mantiene también zonas de contacto con la obra que aquí se explora.