Canción del día

Ethel Cain

Punish2024
Gestión de capas.
Gestión de capas.

No es casualidad que, en su reciente paso por el Primavera Sound, Chelsea Wolfe dedicara una canción a Ethel Cain, esa flamante figura de la América oscura cuyo meteórico ascenso parece irrefrenable. Después de que nos arrojara su idiosincrásica revisión de un melancólico tema de American Football en el disco de versiones del primer álbum de la banda emo (que celebra ahora su veinticinco aniversario), ahora nos remata con “Punish”, un descenso al páramo del doomgaze etéreo donde el parentesco sónico entre ella y la artista californiana reluce más evidente que nunca (y eso incluye también el contenido lírico, torturado y evocativo a partes iguales).

Descrita a grandes trazos, la expansiva pieza podría definirse como minimalismo atronador para orejas pacientes: los primeros minutos transcurren sin demasiado ajetreo, con su voz planeando sobre un trasfondo ambiental y cuatro acordes de piano reiterados, hasta que irrumpe cual golpe la distorsión guitarrera para sustituir el timbre de las teclas, ganando en volumen y chirridos –hasta el punto de rozar el drone metal y el post-rock– ante la duplicación de las líneas vocales, que devienen fantasmas paseándose entre el ruido.

La composición desconcierta por su improbable efectividad: logra transformar una idea en extremo sencilla –esencialmente, un puñado de notas cíclicas– en algo emocionalmente punzante e incluso épico. Si bien contribuye a la magia la labor instrumental de Vyva Melinkolya (otra dama de los reinos oníricos y colega de fechorías en Pittsburgh), así como las inquietantes pero elegantes imágenes en blanco y negro del vídeo musical, son el diseño estructural y el ingenio a la producción de la propia Cain, en particular su ojo certero por la gestión de capas, los indiscutibles motores principales del arrebato que suscita el conjuro. ∎

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