La saudade protagoniza el nuevo single de la lisboeta Carminho, una de las voces más alucinantes y sorprendentes de la nueva canción portuguesa. En su particular búsqueda musical, Carminho ahonda en el fado pero también se impregna de otras texturas, de otros géneros, para crear algo que mira al futuro y respeta el pasado.
En “Balada do país que dói” Portugal duele. “O país cai / o país dóí”, el país cae, el país duele. El barco como medio de transporte, como manera de descubrir mundo. Pero también la lucha, la resistencia y la salida hacia adelante del portugués. Carminho hace suya la letra de Ana Heatherly (1929-2015), una creadora polifacética: poeta, ensayista, artista visual, directora de cine y profesora universitaria.
En esta canción la música evoca las olas, ese viento que va y viene y golpea. La música combina guitarra eléctrica con guitarra portuguesa y el Cristal Baschet, instrumento y escultura sonora creado por Bernard y François Baschet en 1952, formado por 54 varillas de cristal cromático templado –hojas de metal y fibras de vidrio curvas– cuyo registro sonoro recuerda a un órgano y su timbre a copas de cristal. Este aporta aires de texturas electrónicas, a las que se suman efectos de coros vocales –la propia voz de Carminho, multiplicada– envolventes. Es un paso más en la carrera de la lisboeta, que se adentra en la experimentación pero siempre teniendo cerca sus raíces, sin olvidar de dónde viene.
La acompaña un jugoso videoclip en blanco y negro con el brasileño Raphaphi Tepedino como director creativo y realizado por Pablo Aguiar, con primerísimos primeros planos de Carminho vestida de blanco (y después de negro) con muchos efectos visuales (como la multitud de espejos en la parte final), donde las imágenes nos acercan a ese sentir, a ese recitar, a ese dolor. Queriendo permanecer ante el devenir de los tiempos y sostenerse en la inmensidad del universo. Es una canción de una cadencia profunda y largo alcance. Carminho como estandarte de un Portugal vivo, que siempre late en la saudade y expande su ímpetu por ultramar. ∎