Para quienes descubrieron a Mirah Yom Tov Zeitlyn a principios de los dos mil con “You Think It’s Like This But Really It’s Like This” (2000), aquel pequeño milagro lo-fi surgido del sello K Records, su regreso en 2025 resulta a la vez inesperado e inevitable. Mirah siempre ha sido una artista de silencios prolongados, de esas que reaparecen solo cuando tienen algo realmente nuevo que decir o, más bien, una nueva forma de decir la misma verdad de siempre.
Su nuevo single, “Catch My Breath”, su primera composición en siete años, llega de la mano de Double Double Whammy y su propio sello, Absolute Magnitude. Supone un giro llamativo respecto a las texturas frágiles y caseras que definieron sus inicios, pero también una continuación de su curiosidad sonora. Desde su último álbum, “Understanding” (2018), Mirah ha estado discretamente activa: reeditó “Advisory Committee” (2002) y “C’mon Miracle” (2004), y celebró el vigésimo aniversario con la reedición de su debut acompañada por un álbum tributo en el que figuras como Mount Eerie, Shamir o Half Waif reinterpretaron sus canciones. Aquellas reediciones no solo despertaron la nostalgia: reafirmaron la influencia de Mirah en toda una generación de artistas indie que entienden lo íntimo como político y el lo-fi como un espacio casi sagrado.
Pero “Catch My Breath” no mira al pasado con melancolía, ni mucho menos con ira. Es un tema radiante, expansivo y lleno de seguridad y una reinvención consciente. Con Jenn Wasner (Flock Of Dimes) y Meg Duffy (Hand Habits) en el estudio, Mirah abraza el sonido del power pop de los ochenta, con guitarras afiladas, sintetizadores brillantes y estribillos que estallan en pura catarsis. En lo lírico, “Catch My Breath” captura una relación en plena crisis con un tono que oscila entre la confesión cansada y el discurso motivacional dirigido a sí misma.
En palabras de la propia Mirah, quiso comprobar si esa mezcla de duda y anhelo podía sonar “bombástica, divertida o como una canción pop de los ochenta”. El resultado demuestra que sí: “Catch My Breath” consigue ser luminosa sin traicionarse, transformando la inseguridad en impulso. La herida, como ella dice, se convierte en resorte. ∎