Noticias

La semana vista por…

Lunes, 13 de octubre

Tras superar a duras penas el fin de semana en que perdimos a Diane Keaton, a John Lodge (The Moody Blues) y a Tommy Price (Joan Jett & The Blackhearts), afrontamos el lunes con asuntos como el cierre de cartel del festival MIRA, la puesta en marcha de una nueva edición del Cruïlla Tardor, el nuevo disco y próxima gira de Robert Finley, novedades como el EP sorpresa de Depresión Sonora y Bb trickz o la enésima pelea de Neil Young contra el sistema.

Diane Keaton, icono cinematográfico. Foto: Douglas Kirkland
Diane Keaton, icono cinematográfico. Foto: Douglas Kirkland
El fallecimiento más sentido de los últimos días se ha dado en el mundo del cine: Diane Keaton (1946-2025), una de las grandes figuras del Nuevo Hollywood e icono de la moda peculiar, murió el sábado, 11 de octubre, a la edad de 79 años. Recordada especialmente por sus papeles en la saga de “El padrino” y los filmes setenteros de Woody Allen, en sus últimos años participó en diversas comedias del género “amigas jubiladas”. Una faceta menos conocida de la actriz fue la de directora de videoclips: se encargó de “Heaven Is A Place On Earth” y “I Get Weak” de Belinda Carlisle. El noviembre del año pasado, Keaton cumplió un sueño que había tenido toda la vida: debutó en la industria musical con la canción “Final Christmas”, cuyo título ahora resulta bastante triste. El tema fue compuesto por Carole Bayer Sager, colaboradora de Neil Diamond, y Jonas Myrin, que ha firmado canciones junto a Andrea Bocelli y Barbra Streisand. No sorprende su interés por la música: ya lo indicaba su emocionante momento al micrófono interpretando el estándar “Seems Like Old Times” cerca del final de “Annie Hall” (Woody Allen, 1977), que ahora queremos recordar a modo de homenaje.

Diane Keaton: “First Christmas” (sad, sad song).
La jornada anterior, la del viernes 10 de octubre, supimos del fallecimiento de John Lodge (1943-2025), bajista, cantante y compositor de algunas de las canciones más celebradas del grupo británico de pop y rock sinfónico The Moody Blues. Lodge ha muerto a los 82 años de forma repentina e inesperada, según palabras de sus allegados. También hemos tenido que despedir a Thommy Price (1956-2025), conocido en el ámbito musical por ser el preciso batería de la banda de Joan Jett (The Blackhearts) durante más de tres décadas, además de haber tocado para Billy Idol. Tenía 68 años y nos dejó el pasado 9 de noviembre.

The Moody Blues: “Ride My See Saw” (John Lodge, a la derecha).
Tras las despedidas, arrancamos este lunes con una cuestión candente e inescapable en la industria musical de nuestros días. En su nuevo tema, la envolvente “Aftercare”, la siempre tecnológicamente avezada Imogen Heap colabora con ai.Mogen… es decir, con su “alter ego de Inteligencia Artificial”. Pero que no cunda el pánico, porque esta IA, que ella misma ha “entrenado” para que funcione como su avatar digital y así “participe” en otros proyectos, solo se encarga de la voz; la Imogen de carne y hueso ha compuesto, producido y mezclado la composición. En este sentido, la jugada no se alejaría demasiado de la escena de música vocaloid japonesa… y sin embargo ha desatado un animado debate entre los fans de la artista británica: ¿es posible una utilización “sostenible” o “responsable” de las inteligencias artificiales en el campo de la música? Aunque al fin y al cabo este se trate de un caso de autoexperimentación y no tenga que ver con los millones de mierdas hechas por IA que están inundando plataformas de streaming, ¿acaso no contribuye a la normalización progresiva de estos modelos y herramientas de creación, una normalización que podría afectar severamente al mercado laboral, por no hablar del medioambiente? ¿Es procedente abrazar el alarmismo, o se debería adoptar cierto relativismo? Incluso el Papa de Roma se refirió a los peligros de la Inteligencia Artificial en el ámbito de los medios y la información (y ya de paso condenó categóricamente el uso del clickbait) en una reciente reunión con periodistas.

Imogen Heap: “Aftercare”.
Discusiones sobre el futuro tecnológico que probablemente se planteen, implícita o explícitamente, en el ambicioso festival de vanguardia MIRA, que celebrará su decimocuarta edición el 7 y 8 de noviembre en Barcelona. Sus responsables han anunciado el cierre del cartel: a los 38 nombres que participan como artistas musicales se suman 26 propuestas de arte digital (incluyendo instalaciones) que llenarán los espacios del recinto de Fira Montjuïc. En el cartel figuran pesos pesados como Erika de Casier, una de las reinas del R&B contemporáneo; Flying Lotus, el ya veterano fusionador de wonky, hip hop y jazz; Oneohtrix Point Never, una de las figuras de referencia de la electrónica progresiva de este siglo; o el inclasificable Nicolás Jaar, que presentará su proyecto junto al pakistaní Ali Sethi, una nueva vuelta de tuerca experimental al qawwali y la tradición musical sufí. Pero también queremos destacar otros de los nombres más pequeños: el ambient ominoso de la catalana nara is neus, el dúo femenino de drone-sludge metal Divide And Dissolve o el singular combo Los Thuthanaka, cuyo collage de ruido, tradiciones andinas indígenas y electrónica no dejará a nadie indiferente.

Erika de Casier: “me walking on the beach”.
Seguimos con noticias festivaleras: este viernes Los Planetas arrancarán en el Sant Jordi Club barcelonés el ciclo de conciertos del Cruïlla Tardor, que tendrá lugar en distintos espacios de la Ciudad Condal hasta el 6 de diciembre. Alba Carmona, Stacey Kent, Crystal Fighters, Santiago Auserón, la reaparecida Zaz o el supertrío formado por Bernard Butler, Norman Blake y James Grant son algunos de los nombres que componen un cartel estilísticamente variado y transgeneracional.

Los Planetas: “Y además es imposible”.
Más conciertos a la vista: el septuagenario Robert Finley, oriundo de Louisiana, acaba de lanzar “Hallelujah! Don’t Let The Devil Fool Ya”, donde prosigue su excursión por los pantanos del soul, el blues y el góspel con piezas rebosantes de groove como “Helping Hand”. Nos deleitará con la interpretación en directo de su sentido cancionero este mismo mes de octubre, con conciertos en Zaragoza (23), Santiago de Compostela (24), Madrid (25) y Bilbao (26).

Robert Finley: “Helping Hand”.
Otro sureño que está de celebración es Nathaniel Rateliff: se ha reeditado su álbum debut “Nathaniel Rateliff & The Night Sweats” para conmemorar su décimo aniversario, con una interesante retahíla de maquetas de canciones como “Howling At Nothing”. De escucha obligada para todo aficionado al rhythm and blues y el blue-eyed soul.

Nathaniel Rateliff & The Night Sweats: “Howling At Nothing”.
En otros paisajes de la geografía norteamericana, el batería Makaya McCraven, uno de los más inquietos experimentadores del jazz de nuestros tiempos, se prepara para lanzar cuatro EPs distintos (que serán también reunidos en formato físico en un doble LP): si bien en su página web ya se pueden degustar avances de este aluvión de material, recomendamos especialmente el vídeo en directo de “Choo Choo”, una de las nuevas composiciones. Recordamos asimismo que el 13 de noviembre actuará en el Festival de Jazz de Madrid para presentar su laboratorio de ritmos.

Makaya McCraven: “Choo Choo”.
Mientras, en la península, la novel banda almeriense Bonaerense, liderada por una vocalista argentina, acaba de sacar su primer álbum de estudio, “Relámpago”, donde capturan sonidos post-punk decididamente ochentero, tal y como podemos comprobar en el tema titular. Similar ambiente espectral circula por “DSxBB”, el EP colaborativo entre Depresión Sonora y Bb trickz, tres pegadizos “himnos del no futuro” donde ambos artistas conversan sobre beats preprogramados y guitarras filtradas. “Que todo arda” es la canción anticipada del nuevo EP “Cassette Sessions Vol. 2” de los madrileños CHULA, grupo célebre por su mezcla entre músicas antiguas como el chotis o el bolero y un rock de tipo stoner que en esta ocasión dan rienda suelta a su lado más salvaje. Ayer arrancó en Ávila su gira escalonada, que los llevará por una docena de ciudades españolas durante los próximos meses. En octubre actuarán en Burgos (18), Gandía (24) y Murcia (25). En noviembre pasarán tienen conciertos programados en Madrid (9) y Rascafría (29). Y en diciembre, turno para San Fernando (19) y Sevilla (20).

Bonaerense: “Relámpago”.
“Punks And Demons” es el avance del próximo álbum de Rob Zombie, “The Great Satan” (título sorprendentemente corto, dada su tendencia a la verbosidad barroca), un trallazo hellbilly sin demasiada complicación. Canción que probablemente será del agrado de muchos de los asistentes al Festival de Sitges, que este sábado celebró su tradicional zombie walk. Hugo Stiglitz, Joe Dante y Mary Harron han recibido premios honoríficos este fin de semana, y se han proyectado películas como la australiana “We Bury The Dead” (Zak Hilditch, 2025), la enésima adaptación de Stephen King “The Life Of Chuck” (Mike Flanagan, 2024) o la primera adaptación de un texto de la argentina Mariana Enriquez, “La virgen de la tosquera” (Laura Casabé, 2025). Sin dejar los festivales de cine, pero dirigiéndonos a un terreno más musical, recordamos a los pamploneses que este viernes 17 de octubre se proyectará en la nueva edición del festival Filmmaking For Social Change el mediometraje “El último bicho” (Miguel Goñi y Mikel Belascoain, 2025), pieza de ficción sobre Charly González Lillo, el último componente con vida de Los Bichos, grupo de culto navarro que merece ser reivindicado

Rob Zombie: “Punks And Demons”.
Dedicaremos los últimos párrafos de la sección a tres frentes político-musicales. En la esfera pública estadounidense, prosigue la guerra cultural contrahegemónica ante la brutalidad del ICE (Servicio de Control de Inmigración y Aduanas). Hace unos días, la institución colgó en sus redes sociales un extraño vídeo titulado “Vida post-deportación de todos los inmigrantes criminales” que incluía un extraño montaje de clips ochenteros –un joven Donald Trump comiendo pizza, carreras de NASCAR, escenas de “The Breakfast Club” y “Twin Peaks”– acompañados de “Friday I’m In Love” de The Cure. Tras una denuncia radicada en la Ley de Derechos de Autor de la Era Digital, el truculento montaje-fantasía ha sido eliminado o muteado de algunas redes (exceptuando Facebook); recordamos que algo parecido sucedió la semana pasada cuando Trump colgó un vídeo hecho por IA donde aparecía caracterizado (?) como la Parca moviéndose al ritmo de “Don’t Fear The Reaper” de Blue Öyster Cult. Zach Bryan, Bad Bunny y Chappell Roan son otros artistas que han tenido recientes encontronazos digitales con ICE, siendo vejados en las redes por portavoces del departamento y la administración Trump tras criticar en mayor o menor medida sus actividades.

La semana pasada se anunció que Robbie Williams cancelaba su próximo concierto en Estambul por “razones de seguridad”, aunque luego se desveló que la cancelación podría estar vinculada al apoyo mostrado por el cantante inglés a Israel en 2023. Ahora es Morrissey quien ha decidido anular sus bolos en Estambul y Ankara después de que en el Twitter turco empezaran a rular imágenes de un concierto suyo en Tel Aviv de hace una década, acompañadas de acusaciones de sionismo. El boicot al gobierno de Netanyahu es una realidad en diversos países; la pregunta es hasta qué punto deberían ser también “cancelados” aquellos artistas que han demostrado simpatías (presentes o pasadas) hacia el estado israelí o que, en cualquier caso, no se han mostrado lo suficientemente firmes en contra del genocidio en Palestina.

Y continuamos, para utilizar una frase que últimamente está en boca de muchos, con una batalla tras otra: en este caso, la guerra de Neil Young contra el sistema. El casi octogenario guitarrista ha posteado en su página web una combativa entrada invitando a sus fans a “olvidarse” de la cadena Whole Foods, de Facebook y de Amazon, acusando a Jeff Bezos de apoyar el gobierno de Trump. Es curioso, porque tras abandonar temporalmente Spotify por su promoción del pódcast de Joe Rogan, Young aplaudió la elevada calidad del servicio de streaming de Amazon. Ahora ha anunciado que “pronto” su música desaparecerá de ahí (sin entrar en detalles de a qué se refiere exactamente) y que todos sus oyentes deberían desentenderse de las grandes empresas que han “vendido” el país. La opción correcta es comprar directamente en negocios locales, así cargando contra la “era del control corporativo” en la que se encuentran sumidos los Estados Unidos. Un mensaje parecido al avanzado en su última canción con los Chrome Hearts, “Big Crime”.

Neil Young And The Chrome Hearts : “Big Crime”.
Etiquetas
Compartir

Lo último

Contenidos relacionados