El pasado jueves los corrillos de la infosfera quedaron sepultados por reacciones contrarias –y polarizadas, como corresponde a estos tiempos– al anuncio de Quevedo en que el artista revelaba su decisión de tomarse un descanso durante tiempo indeterminado. Un freno autoimpuesto a su ascenso meteórico en la industria musical, tal y como expresó el grancanario en un directo en su Instagram antes de borrarse también de las redes sociales. Mientras algunos ven un montaje de cara a la publicación de un nuevo álbum, aquí el foco se ajusta al “regalo por ustedes” que lanzó a sus fans tras dar a conocer sus intenciones inmediatas.
“LA ÚLTIMA” es esa supuesta última canción antes del paréntesis en la que verbaliza los infortunios de la fama, el anhelo de recuperar la posición de inicio y las sensaciones asociadas, así como cierto vacío existencial que no amortiguan los ceros acumulándose en su cuenta corriente ni los flashes a su alrededor. Un lanzamiento que se llevó a cabo junto a un videoclip dirigido por Tomás Conteiro y Poul Nissen.
Lo primero que salta a la vista es el reducido metraje reservado al cantante y compositor, a quien se observa desplazándose por una alfombra roja para en su lugar ceder el protagonismo a la ristra de artistas de la música urbana española que lo han arropado y satisfecho, en lo creativo, a lo largo de su corta y fulgurante carrera. Así, JC Reyes, Ergo Pro & Ill Pekeño, Abhir Hathi, Lola Índigo, Mora, Cruz Cafuné, Rels B, Hoke, Lucho RK, Juseph, Maikel Delacalle, Ovy On The Drums, Saiko, La Pantera, Omar Montes y Yandel asaltan distintos espacios de la pieza. Cada uno de ellos inmersos en sus respectivos cubículos personalizados según la propia autorreferencialidad adjudicada. Distintas conexiones estéticas y visuales a su bagaje musical, a los álbumes o temas que los encumbraron o a sus raíces o apodos. Todo ello mediante la magia del abundante tejido digital que forra las cavidades del clip.
Studio Decolsa se responsabiliza de esa arquitectura de efectos visuales que inunda la pieza con contornos maleables, animales rodeando a los artistas, limusinas que se extienden, ejércitos de drones y otras virguerías implantadas en un set con alta presencia de croma. Una apuesta ostentosa y musculosa en consonancia al alboroto causado por el adiós temporal de uno de los artistas españoles más exitosos de la actualidad. ∎