El binomio formado por Gaspar Noé y The Weeknd se insinuaba como una asociación entendible, pero que, sin embargo, no se había materializado hasta esta semana. La fuente de dicha colaboración es el videoclip de “Big Sleep”, tema del canadiense que el director galo de origen argentino arrastra hacia sus confines estéticos.
El desarrollo narrativo se reduce al paseo de un anciano por una ciudad francesa sin especificar. Pronto, las luces estroboscópicas –tan usadas en la filmografía de Noé, en películas como “Enter The Void” (2009) o “Climax” (2018)– se apoderan de ese escenario de alta demanda de CGI, como si se tratara de una especie de tormenta alucinógena que refleja un estado pesadillesco (¿o incluso mortuorio?) al que alude el tema de The Weeknd.
Esa presencia onírica se materializa con la irrupción de grandes bustos –en plan Ron Mueck– del propio cantante canadiense y de ¿Giorgio Moroder?, así como de manos y pies gigantes. La tormenta de flashes (rojos, verdes y azules) se intensifica a medida que avanza el clip, llegando a ese punto en que parece justificada la pantalla inicial que alerta sobre contenido no apto para epilépticos. En el videoclip se filtran insinuaciones simbólicas que hacen referencia a ese sueño eterno con el que Abel Tesfaye pretende zanjar su reconocido avatar como músico.
Pese a imprimir su identificable caligrafía en el plano formal, la invitación que le ofrece The Weeknd a Gaspar Noé se percibe infrautilizada: más un reclamo que una verdadera afiliación entre ambos artistas. ∎